La conquista de América a finales del siglo XV, gracias a la travesía de Cristóbal Colón, marcó un antes y un después en la historia mundial. La masiva llegada de metales preciosos desde el 'Nuevo Mundo' hacia Europa, especialmente hacia España, provocó una reestructuración radical del poder y la economía en el continente, lo que generó un nuevo orden global.
España se convirtió durante el periodo conocido como la "Edad de Oro" española en una potencia mundial, gracias a que durante esta época se descubrió en una mina que pertenecería a una nación de Sudamérica.
La plata alcanzó su apogeo con el descubrimiento de las minas en Potosí. Estos yacimientos se revelaron como los más abundantes del mundo, transformando regiones remotas en prósperos centros de actividad minera. En particular, Potosí se erigió como un emblema de la enorme riqueza que fluía hacia España, impulsando su ascenso como potencia global.
Este metal se encuentra en lo que hoy pertenece a Bolivia. Foto: Kilaris
De manera similar, en Zacatecas, la extracción de plata dio origen a una dinámica urbana y económica que persiste hasta la actualidad. El proceso clave que transformó la producción de plata fue el "beneficio de patio", desarrollado por Bartolomé de Medina en 1555. Este método consistía en la amalgamación de plata con mercurio en amplios patios, donde la mezcla se dejaba al sol, permitiendo una extracción más eficiente del metal a partir de sus minerales.
Este lugar es considerado Patrimonio Mundial. Foto: Tripadvisor
Esta técnica, eficiente y escalable en términos económicos, permitió un aumento espectacular en la producción de plata, lo que consolidó la supremacía económica de España en Europa.
La inyección masiva de plata americana en Europa provocó la revolución de los precios, un fenómeno inflacionario que sacudió las economías del continente durante el siglo XVI. Este aumento generalizado de precios desestabilizó las estructuras económicas tradicionales, beneficiando a comerciantes y empresarios que podían aprovechar el creciente valor de los bienes, mientras que erosionaba el poder adquisitivo de los salarios fijos, afectando principalmente a trabajadores y campesinos.
En España, la afluencia de plata inicialmente fortaleció la economía, permitiendo el lujo y la construcción de obras grandiosas, consolidando al país como una potencia dominante. Sin embargo, este flujo constante de riqueza también llevó a una economía dependiente de las importaciones, ya que la abundante disponibilidad monetaria desincentivaba la producción local.