En un contexto de tensiones políticas y económicas, el Gobierno de Joe Biden ha lanzado una advertencia clave a Venezuela e indica que la política de sanciones podría ser ajustada dependiendo de cómo se desarrollen las elecciones presidenciales de 2024. Altos funcionarios estadounidenses han manifestado preocupación por la transparencia del proceso electoral y las posibles represiones contra la oposición por parte del régimen de Nicolás Maduro.
El actual presidente venezolano busca su tercer mandato en medio de críticas internacionales y sanciones que han afectado gravemente la economía del país. La administración Biden ha dejado claro que una elección justa podría llevar a un alivio de las sanciones, mientras que un proceso fraudulento podría resultar en medidas punitivas adicionales. Se recuerda que los venezolanos en Estados Unidos no pueden votar.
El Gobierno de Biden ha subrayado que su política de sanciones hacia Venezuela dependerá significativamente del desarrollo de las elecciones de 2024. Los funcionarios estadounidenses, bajo condición de anonimato, han señalado que un proceso electoral transparente y justo podría conducir a una relajación de las medidas punitivas. Sin embargo, cualquier señal de fraude o represión podría resultar en un endurecimiento de las sanciones.
Asimismo, Estados Unidos ha advertido directamente a Nicolás Maduro sobre las consecuencias de proclamar una victoria sin pruebas concretas. Según las fuentes, tal acción "pondría en duda" la legitimidad del resultado ante la comunidad internacional. Además, se ha instado al ejército venezolano a no interferir en el proceso electoral, lo que destaca la importancia de unas elecciones libres y justas.
Los altos funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación por el entorno preelectoral en Venezuela. La administración Biden ha monitoreado de cerca las acciones del gobierno de Maduro, como el nombramiento de autoridades electorales y los arrestos de miembros de la oposición. Estas medidas son vistas como intentos de obstaculizar un proceso electoral justo.
En cuanto a la diáspora venezolana, muchos de los venezolanos residentes en Estados Unidos no pueden participar en las elecciones debido a restricciones impuestas por el gobierno de Maduro. La falta de acceso a consulados y embajadas venezolanas para el registro y la votación ha sido un problema persistente, e impide que una parte significativa de la población ejerza su derecho al voto.
Nicolás Maduro ha sido tajante en sus comentarios hacia los expresidentes invitados por la oposición para observar las elecciones. Los calificó de "ridículos" y "no grata", y los acusó de ser personas repudiadas por el gobierno venezolano. Esta postura se alinea con la política de Maduro de restringir la presencia de observadores internacionales, una medida que ha sido criticada por la administración Biden y otros actores internacionales.
En respuesta a John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien condenó cualquier acto de represión política durante las elecciones, Maduro sugirió que Kirby debería enfocarse en los problemas domésticos de su país y abstenerse de intervenir en asuntos internos de Venezuela.