Luego de lo sucedido en la embajada mexicana en Ecuador, México enfrenta cuestionamientos con respecto a su histórica tradición de ofrecer asilo a refugiados políticos. Si bien este accionar es una ley que rige de manera general en los países, lo que resalta en territorio mexicano es a las personas a las que se le otorga esta protección. En su historial figuran nombres como Jorge Glas, la familia de Pedro Castillo, Evo Morales, Fidel Castro y varios personajes más.
De acuerdo a José Alejandro Godoy, politólogo, el asilo político sirve para resguardar algún tipo de "persecución judicial indebida". Sin embargo, en el caso específico de México podría haber implicancias en lo que respecta a la ideología política del gobierno actual. Cabe indicar que el país latinoamericano presenta "una apertura muy grande" al brindar refugio político, indicó Godoy.
Jorge Glas fue detenido dentro de la embajada de México en Ecuador. Foto: AFP.
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― ¿Por qué México mantiene la tradición de brindar asilo político?
― El asilo político es una tradición latinoamericana, es la idea de que hay, o pueda existir, una persecución judicial indebida contra políticos, a causa de los sistemas de justicia que no terminan siendo independientes en muchos casos, esa es un poco la institución en términos conceptuales.
México ha utilizado esta institución durante los últimos años a favor de políticos que están mucho más a fines de la línea ideológica del actual presidente López Obrador. Podría haber una situación en la cual incluso haya casos en los que no hay persecución política, sino que se termina dando el derecho de asilo simple y llanamente por una consideración ya no jurídica, sino más bien por consideraciones externa.
Eso es un poco la crítica proveniente de, incluso, países que han rechazado la irrupción indebida de las fuerzas del orden ecuatorianas en la Embajada de México en Quito.
― ¿Cuáles son los costos políticos que enfrenta México al brindar asilo a personajes como Jorge Glas?
― El costo político tiene que ver sobre todo con términos de deterioro de imagen y de desgaste de la figura de nación. El asilo político tiene una razón de ser, se emplea precisamente en situaciones de gravedad en cuanto temas de independencia judicial y debería ser una institución que permanezca y sea salvaguardada.
Este es un continente en el cual se judicializa la política y se politiza la justicia, entonces si puede haber casos de decisión muy políticos; sin embargo, puede haber otros en los que no sea así y se logre utilizar el poder judicial de manera adecuada. En esos casos, el asilo, que es una salida extrema, puede ser una garantía para que determinados países puedan brindarle este derecho a personas que consideran son perseguidas.
Lo que debe quedar claro es el tema de la inviolabilidad de las embajadas, es un principio también de derecho protegido por un tratado internacional. Hay un problema muy serio para México, pero sobre todo para Ecuador, es un tema que ha merecido la atención de una buena parte internacional.
Fuerzas especiales de la Policía ecuatoriana intentando irrumpir en la Embajada de México en Quito para arrestar al exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas. Foto: AFP
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― ¿A qué se enfrenta Ecuador luego de la irrupción en la embajada mexicana en Quito?
― Se enfrenta a un serio problema de imagen internacional, Ecuador era un país que hasta ese momento tenía mucha simpatía de varias personas en el mundo por la lucha que estaban emprendiendo; sin embargo, entrar a adulterar una embajada coloca al gobierno ecuatoriano en una situación muy delicada.
― ¿El que México brinde asilo político a personajes cuestionados lo hace cómplice?
No implicaría el término tan contundente como 'complicidad', pero claro, es que el caso ecuatoriano es un tema complejo, porque en efecto el exvicepresidente, Jorge Glas, sí había sido condenado por varios delitos. También es cierto que, si uno examina un poco el caso ecuatoriano en general, se trata de un país en el cual el Poder Judicial puede terminar siendo muy proclive a sancionar al político caído en desgracia.
Puede haber un grupo distinto de personas que han pedido asilo político en los últimos 25 años desde Ecuador, en otras palabras, no solo gente vinculada al correismo o la visión ideológica de López Obrador haya sido merecedoras al tema del asilo, sino que también se ha dado que políticos de derecha también lo han solicitado.
Jorge Glas cuando fue trasladado al penal de máxima seguridad La Roca, de Guayaquil. Sus abogados piden tener contacto con él. Foto: AFP.
México puede tener las consideraciones que desee con relación a quien le otorga y a quien no el asilo político, que sin duda en su momento tuvo un cuestionamiento por el asilo político del señor Jorge Glas, pero hablar de 'complicidad' me parece que sería un término bastante duro.
― ¿Esta Ley ha hecho de México un refugio para los investigados políticos de Latinoamérica?
― No necesariamente, ya que México ha tenido, desde hace muchos años, una tradición de refugio de distinto tipo de personas y una apertura muy grande al brindar asilo político, independientemente a lo que hayan hecho. Precisamente la crítica a López Obrador es que las consideraciones ideológicas están pesando mucho más que cualquier otro tipo de constitución.
No es que México no tenga esta tradición, la ha tenido siempre, el problema es que viene siendo cuestionada por las consideraciones que motivan al asilo, pero no por el asilo en sí mismo.