Los terremotos representan uno de los fenómenos naturales más poderosos y destructivos, capaces de cambiar la geografía y la historia de las regiones afectadas. Estos eventos no distinguen fronteras y han sacudido diversas partes del mundo con una fuerza implacable. América, con su vasta extensión y diversidad geológica, no ha sido excepción, ya que fue escenario de dos de los más fuertes terremotos registrados hasta hoy.
En este contexto, resulta esencial comprender cómo y por qué estos eventos se han convertido en un recordatorio de que no estamos totalmente a salvo y lo más importante es la preparación.
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Terremoto de Valdivia en 1960. Foto: El País
El terremoto que sacudió Shaanxi, China, en 1556, no figura entre los de mayor magnitud, pero sí como el más mortífero de la historia, con aproximadamente 830.000 víctimas. Este evento subraya que la letalidad de un sismo no depende únicamente de su fuerza, sino también de la preparación y respuesta de la sociedad afectada.
Chile, ubicado en el cinturón de fuego del Pacífico, es el país más sísmico de América. Su historia está marcada por eventos de gran magnitud, como el terremoto de Valdivia en 1960, el más potente jamás registrado. La geografía chilena, junto con su preparación y políticas de construcción, lo convierte en un referente mundial en cuanto a gestión de desastres sísmicos.
Ante la imprevisibilidad de los terremotos, prepararse adecuadamente puede marcar la diferencia en términos de seguridad y supervivencia. La preparación involucra una serie de medidas que puedes ir tomando en cuenta:
Mochila de emergencia con alimentos enlatados y botellas de agua. Foto: Andina