Las calles de Corea del Sur resuenan con un eco de cambio y resistencia: se trata del movimiento 4B. Iniciado en parte por la relevancia de la novela 'Kim Jiyoung, Born 1982', de Cho Nam-Joo, esta tendencia surge del descontento y aspiración por una equidad largamente esquiva. De esta manera, varias jóvenes surcoreanas buscan combatir prácticas comunes, como el acoso sexual, la violencia contra la mujer y otras.
Con el trasfondo de un país tecnológicamente avanzado, pero profundamente arraigado en normas patriarcales, el movimiento 4B se amplificó con las voces de las youtubers Lina Bae, Baek Ha-na, Jung Se-Young, quienes están cansadas de los estándares que Corea del Sur —aseguran— les impone.
Las surcoreanas exigen el fin de abusos sexuales y físico contra ellas. Foto: The Economist
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El movimiento 4B simboliza la resistencia surcoreana contra las expectativas tradicionales de género, encapsulando un llamado al rechazo del matrimonio heterosexual (Bihon), del parto (Bichulsan), de las citas (Biyeonae) y de las relaciones sexuales heterosexuales (Bisekseu).
De esta manera, el movimiento busca desmantelar las estructuras patriarcales que limitan la vida de las mujeres en Corea del Sur, impulsando una sociedad donde la igualdad no sea solo un ideal, sino una realidad vivida. Esto surge en respuesta al incremento de la violencia contra las mujeres, los feminicidios y la difusión de videos que son grabados con pequeñas cámaras ocultas en hoteles, baños o el transporte público, también conocido como molka.
Registros en baños de Corea del Sur para evitar la práctica del molka. Foto: AFP
Aunque para algunos puede resultar drástico el negarse al matrimonio, el embarazo, las citas o relaciones sexuales, para la periodista surcoreana Hwaon Jung es una respuesta a la situación a la que las mujeres en Corea del Sur están expuestas.
"Las normas patriarcales en Corea del Sur, dada su situación económica y el nivel educativo de sus mujeres, son tan implacables que la resistencia contra ellas tiende a ser igual de intensa. Movimientos como el 4B son un mensaje de advertencia de que las mujeres boicotearían las relaciones románticas a menos que la sociedad y los hombres cambien", explica en su libro 'Flowers Of Fire'.
El movimiento 4B también busca eliminar los estrictos estándares de belleza que tiene Corea del Sur. Foto: Cambridge University Press
Corea del Sur enfrenta un alarmante historial de violencia de género y acoso sexual. Un estudio gubernamental reveló que cerca del 80% de las mujeres ha experimentado acoso sexual en el trabajo. El país también ha sido escenario de crímenes digitales, incluyendo el molka, una práctica de filmación secreta.
Estos escenarios se han visto agravados por la impunidad que existe por parte de la justicia surcoreana. Por ejemplo, la actual legislación señala que un hombre acusado de acoso puede pedirle a su víctima que retire los cargos. En este sentido, en 2022, un hombre mató a una excompañera de trabajo luego de que ella se negara a quitar su denuncia.
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Esta situación se ha visto reflejada en preocupantes cifras: en 2016, del 100% de delitos denunciados, el 52% era sobre acoso sexual, superando por mucho el 22% referente a asesinatos en general, robo a mano armada, extorsión y fraude. Asimismo, en 2022, el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial posicionó a Corea del Sur en el puesto 99 de entre 146 países en materia de igualdad de género.
A pesar de esto, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-Yeol, ha prometido cerrar el Ministerio de Igualdad de Género y Familia de Corea del Sur, el cual tiene la función de apoyar a mujeres y víctimas de agresión sexual. Según sustenta el mandatario, la función de este organismo hace ver a los hombres como "potenciales delincuentes sexuales".