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El país de Sudamérica que existió por menos de 3 años: se le consideró una amenaza a la seguridad regional

La formación de esta confederación causó la preocupación de otras naciones dentro de Sudamérica. Esta tensión desencadenó en una guerra que terminó por desintegrar a la unión de estos 2 países vecinos.

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El país nación en 1836 y se dividió en 3 regiones con el fin de mantener una igualdad interna. Foto: Composición LR/Ganas de mundo/Archdaily | Foto: Composición LR/Ganas de mundo/Archdaily

En la mitad del siglo XIX, Sudamérica fue testigo de un experimento político y social que, aunque breve, dejó una huella indeleble en la historia de la región. Este país, aunque duró menos de tres años, surgió como un ambicioso proyecto de integración entre dos naciones recién independizadas. Este intento de unión buscaba fortalecer la presencia de ambos países en el continente.

Durante su corta existencia, esta confederación, la cual desafió la concepción política de la época, fue tomada como una amenaza para la seguridad entre los países de la región, especialmente por parte de Chile y Argentina. Este país, que duró menos de tres años, demostró las complejidades de la integración regional y el equilibrio de poder entre naciones de Sudamérica.

¿Cuál fue el país de Sudamérica que duró menos de tres años?

La Confederación Perú-Boliviana, la cual surgió en 1836 bajo la presidencia de Andrés de Santa Cruz, se erigió como un esfuerzo por unir a Perú y Bolivia en una sola entidad política. Esta unión, que incorporó al Estado peruano junto con Bolivia, buscaba no solo consolidar la estabilidad interna de ambos países, sino también potenciar su economía y defensa.

La confederación significó una amenaza para algunas naciones dentro de la región. Foto: Biblioteca Nacional.

Santa Cruz, reconocido por la confederación como su 'Supremo Protector', lo que estableció un Gobierno en torno a su figura, pero que mantuvo la autonomía de cada uno de los tres estados. Sin embargo, desde el nacimiento de la entidad, se enfrentó a diversas fuerzas externas e internas, las que terminaron por empujarla a su destrucción.

La gestación de la Confederación Perú-Boliviana respondió a una serie de factores históricos, geográficos y económicos compartidos entre Perú y Bolivia. La región del Altiplano, rica en tradiciones quechuas y aimaras, y las históricas minas de plata de Potosí, fueron la base de una herencia común que remontaba al Imperio Inca y al Virreinato del Perú.

Santa Cruz fue nombrado por la confederación como su 'Supremo Protector'. Foto: biografiasyvidas.com

Cabe señalar que, el colapso político en Perú, a mediados de la década de 1830, brindó el contexto perfecto para que Santa Cruz, basado en las ideas de Simón Bolívar y con el apoyo del entonces presidente peruano, Luis José de Orbegoso, movilizara su visión de una federación andina. La propuesta dividió a Perú en dos estados y acopló a Bolivia a ellos.

De acuerdo a las declaraciones de la historiadora peruana Scarlett O’Phelan al medio BBC, la división buscaba que entre los "tres estados confederados y no hubiera supremacía territorial por parte de Perú, sino que al dividirlo quedara un peso más equitativo". El estado surperuano fue creado en marzo de 1836 y, en agosto, el estado norperuano.

¿Por qué fracasó la Confederación Perú-Boliviana?

A nivel interno, la Confederación Perú-Boliviana enfrentó oposición desde su concepción. En Bolivia, existía una división sobre la conveniencia de este proyecto, mientras que, en Perú, especialmente en el estado norperuano, se gestaba una resistencia significativa hacia el nuevo orden propuesto por Santa Cruz.

La batalla de Yungay, en 1839, firmó el fin de la confederación. Foto: Embajada de Chile.

Sin embargo, fue la presión externa, la cual encabezó Chile y fue apoyada por Argentina, la que jugó un papel decisivo en el desmantelamiento de la confederación. Ambos países, temerosos de los cambios en el equilibrio de poder que la unión implicaba para Sudamérica, emprendieron acciones militares que llevaron a la caída de la Confederación.

La batalla de Yungay, en 1839, firmó el fin de este país que duró menos de tres años y disolvió la aspiración de una integración entre Perú y Bolivia. El entonces ministro chileno, Diego Portales, encarnó la oposición externa contra la Confederación. De acuerdo a lo escrito por Jorge Basadre, Portales buscaba "el balance de poder en el Pacífico sudamericano".