En Reino Unido, Sarah Hedges, una trabajadora de emergencia de 40 años y madre de cuatro hijos, notó un extraño brillo en los ojos de su hijo de tres meses. Ella no tenía idea de que aquello conduciría a un descubrimiento poco común, como un cáncer de ojo llamado retinoblastoma. La visión inusual, que recuerda al brillo de un ojo de gato, la impulsó a usar el flash de la cámara de su teléfono inteligente para tomar fotografías más claras que luego mostró a su médico.
Las fotos generaron preocupación, por eso, se efectuaron nuevas pruebas que confirmaron el diagnóstico de retinoblastoma del pequeño. Después de ello, el menor se sometió a quimioterapia y la completó con éxito en mayo. Ahora está en el camino de la recuperación para alivio y alegría de su familia.
El viaje hasta el diagnóstico del pequeño comenzó con la intuición de una madre y el uso flash de la cámara de un teléfono. Después de notar el inusual brillo blanco en los ojos de su menor hijo, Sarah Hedges inmediatamente recurrió a la plataforma de internet Google en busca de respuestas, una decisión que la llevó a consultar a su médico de cabecera.
La acción decisiva de Sarah Hedges fue vital para la detección precoz en el manejo del retinoblastoma. Este cáncer ocular, aunque raro, es particularmente agresivo en bebés y niños pequeños. Por tal motivo, la fundación Childhood Eye Cancer Trust enfatiza que reconocer signos sutiles, como el reflejo blanco en el ojo, puede ser determinante para asegurar un tratamiento temprano y eficaz. Aquello marca una diferencia significativa en el pronóstico de la enfermedad.
A pesar de las circunstancias que Sarah tuvo que enfrentar al principio, el proceso de quimioterapia del protagonista de esta historia resultó ser efectivo. Actualmente, el bienestar y la felicidad del pequeño ofrecen esperanza a su familia. La capacidad del menor para disfrutar de momentos alegres con su hermano mayor resalta la importancia del apoyo familiar con miras a su recuperación.
Hedges recordó haber pensado que Thomas iba a morir y mencionó lo siguiente: “Cuando escuchas la palabra 'cáncer', automáticamente piensas en lo peor: esto puede poner en peligro la vida”. “Solo quería que me tragaran y que alguien me dijera que era un mal sueño y que me despertaría en un minuto”, apuntó.
El Childhood Eye Cancer Trust (CHECT) explica que los signos de retinoblastoma incluyen un brillo blanco, que puede aparecer solo con ciertas luces o entrecerrar los ojos, así como un cambio en la apariencia de la vista hinchada y que, a menudo, únicamente se presenta un signo o síntoma.
“Los síntomas pueden ser bastante sutiles y los niños a menudo parecen estar bien de sí mismos, lo que puede dificultar el diagnóstico. En poco menos de la mitad de todos los casos, a un niño se le debe extirpar un ojo como parte de su tratamiento”, explicó el director ejecutivo de CHECT, Richard Ashton.