Pedro Sánchez fue reelegido como presidente del gobierno de España con 179 votos a favor de un total de 350 diputados: contó con el apoyo de los partidos de izquierda, independistas, nacionalistas y regionalistas. El presidente instó al Partido Popular (PP) a asumir la derrota y reivindicar la legitimidad de su investidura.
“La democracia solo es posible si se acepta esa derrota temporal y limitada. Así es la democracia parlamentaria y así debe seguir siendo si queremos preservar nuestra convivencia libre y pacífica”, dijo Sánchez en el Congreso.
El Rey de España, Felipe VI, formalizará el nombramiento de Sánchez como jefe del Ejecutivo una vez que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, le comunique la decisión de la Cámara, que se prevé para hoy mismo.
El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se acercó tras la votación y confesó: “Le he dicho que esto era una equivocación, pero él es el responsable de lo que acaba de hacer”.
Luego de dos tensas sesiones de investidura, marcadas por la aprobación de la amnistía a los independentistas catalanes, Sánchez logró la reelección para su tercer mandato como presidente del Gobierno español, en el que deberá mantener un complejo equilibrio con todas las formaciones que le apoyaron.
Además de defender la amnistía ante los grupos parlamentarios, el líder socialista presentó en sus intervenciones en el Congreso un programa para la próxima legislatura basado en la concordia, los derechos sociales y la proyección internacional de España.
A la par, cerca de 400 personas se reunieron junto al Congreso durante la sesión parlamentaria en la que el líder socialista Pedro Sánchez escuchó cánticos: “Sánchez, traidor”, “La amnistía es tiranía”, en referencia a la ley pactada por los socialistas con los independentistas catalanes que participaron en el proceso secesionista en Cataluña en 2017, o “Este golpe lo vamos a parar”.