Victoria Danson imaginó que sus síntomas de fatiga y dolor abdominal solo se debían al estrés por el duro trabajo que desempeñaba, pero cuando fue al doctor la realidad casi acaba con su vida: le dijeron que tenía 24 horas de vida si es que no se sometía a una operación.
La mujer de 33 años había experimentado una inusual fatiga y fuerte dolor abdominal, pero descartó cualquier enfermedad porque creía que solo tenía estrés. Sin embargo, cuando acudió al centro de salud le diagnosticaron la enfermedad del hígado irritable y luego el mal de Crohn, que se complicó hasta convertirse en una sepsis mortal.
Tras el diagnóstico, le dijeron que la infección se había extendido por su cuerpo y requería una cirugia urgente para extirpar el absceso que se encontraba sobre sus ovarios.
“Ni siquiera tuve tiempo de asimilar realmente lo que estaba pasando (…). Todo lo que sabía era que estaba en agonía y que haría cualquier cosa para deshacerme del dolor”, dijo Danson a medios locales.
En la difícil operación, los médicos extirparon 18 pulgadas de su intestino. “Les decía que no quería una bolsa de ileostomía, pero era mi única opción de supervivencia”, dijo.
Tras la operación, tuvo que cambiar su dieta y otras rutinas de su cotidianidad, como dejar los alimentos ricos en fibra, evitar la cafeína y tomar suplementos. “Al principio, no pensé que podría seguir viviendo, y no podía ver cómo iba a poder continuar con mi estilo de vida activo”, admitió.
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“Siento que tuve que reconstruir toda mi vida en torno a mi bolsa, así que quiero poder potenciar e inspirar confianza en mi cuerpo”, dijo Danson, quien ha encontrado en el gimnasio un “salvador” para su confianza, según admite.
“Soy la prueba viviente de que, con la mentalidad correcta, aún se puede lograr sus objetivos sin importar qué, pero siempre consulte a un médico si no está seguro”, dijo.