El último martes, miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades de Colombia, con arengas y carteles que expresaban su rechazo a las reformas laborales, salud y de pensiones, presentadas al Congreso por el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
En paralelo, la comisión séptima de la Cámara de Representantes hundió la reforma laboral del ejecutivo. El proyecto liderado por la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramirez, no pasó el primer debate por falta de Cuórum.
El gobierno puede retirar su propuesta y presentar una nueva reforma en las sesiones que inician el próximo 20 de julio. “El hundimiento de la reforma laboral es muy grave. Demuestra que la voluntad de paz y de pacto social no existe en el poder económico. Dueños del capital y de los medios lograron cooptar el Congreso en contra de la dignidad del pueblo trabajador”, indicó al respecto, Gustavo Petro, por medio de Twitter.
El jefe de Estado culpó al empresariado “dueños del capital” y de los medios de comunicación por la primera caída de una de sus tres reformas sociales. Este golpe contra uno de los pilares representativos del gobierno, se dio en el mismo día que los opositores convocaron a marchas multitudinarias en el país.
Según indicó Petro, los poderes económicos “lograron cooptar el Congreso en contra de la dignidad del pueblo trabajador”. El mandatario criticó fuertemente al empresariado y a los legisladores. “Creen que las ganancias salen de la esclavitud, las largas jornadas y la completa inestabilidad laboral”, aseveró.