La Asamblea Nacional de Ecuador se mantiene este miércoles rodeada de decenas de militares y policías. La institución fue disuelta por el jefe de Estado Guillermo Lasso, acusado de corrupción por el Congreso y amenazado de destitución.
A los políticos se les prohibió el paso al edificio donde se iba a celebrar la segunda jornada del juicio político contra el mandatario, quien aplicó la figura de la muerte cruzada por "grave conmoción interna y política" en el país.
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Con equipos antimotines, los efectivos han restringido el paso a varias cuadras de la Asamblea.
El general Nelson Proaño, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, indicó que la decisión de Lasso está fundamentada legalmente por lo que debe "ser respetada" por todos los ciudadanos.
"Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional somos instituciones obedientes y no beligerantes, y cumplimos nuestra misión con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución", dijo en un mensaje difundido este miércoles.
Al anunciar esta medida, Lasso ha pedido al Consejo Nacional Electoral que convoque a elecciones generales anticipadas.
Asimismo, ha acusado al Parlamento de tener “como proyecto político la desestabilización del Gobierno, de la democracia y del Estado”.
El presidente gobernará mediante decretos hasta que asuma su sucesor tras los comicios anticipados.
Tras una nueva llamada a las urnas, el actual mandatario, Guillermo Lasso, podrá presentarse como candidato y buscar la reelección, al igual que los asambleístas que fueron destituidos por este decreto ejecutivo.