Paraguay, uno de los países con mayor índice de percepción de corrupción de América Latina, de acuerdo con Transparencia Internacional, acudirá este domingo 30 de abril a los locales de votación para participar de las Elecciones Generales 2023, en las que se elegirá al nuevo presidente.
La inseguridad ciudadana, el crimen organizado, el narcotráfico, la pobreza y las políticas públicas enfocadas a los derechos humanos son algunos de los mayores desafíos que el próximo mandatario deberá enfrentar. Entre los candidatos con mayor preferencia de voto se encuentran, por un lado, el economista Santiago Peña (de la Asociación Nacional Republicana), y por el otro, el abogado Efraín Alegre (del Partido Liberal Radical Auténtico).
El analista internacional Ramiro Escobar brinda un panorama más amplio acerca de las próximas elecciones 2023 en Paraguay.
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—¿Santiago Peña y Efraín Alegre realmente representan propuestas que se contraponen?
—Hay algunos puntos en los cuales sí. Por ejemplo, Alegre propone ya no tener relaciones diplomáticas con Taiwán, sino con la República Popular China, porque Paraguay es uno de los pocos países que mantiene relaciones diplomáticas a nivel de embajada con Taiwán y es lo que sostiene Alegre, que eso es perderse un mercado gigantesco, que es el mercado chino, no que los mercados que venden productos y también que compran, entonces esa es una diferencia sustancial.
La otra es que Alegre lidera una coalición que va desde la derecha hasta la centro izquierda y que desbancaría al Partido Colorado, que tiene más de 70 años en el poder. Sin embargo, hay una coincidencia entre ambos, son candidatos pocos liberales en términos de derechos sociales, es decir, ambos se oponen, por ejemplo, al matrimonio igualitario. Hay coincidencias, pero también hay diferencias.
—¿Se deja de hablar de una izquierda y una derecha como propuestas de Gobierno?
—Se está hablando de una colisión de centro izquierda y una derecha histórica, digamos, pero esa colisión del centro izquierda tiene también ingredientes de derechas y lo que sucede es que es parecido a la que ocurrió cuando el exobispo Fernando Lugo en Paraguay. Cuando los opositores del Partido Colorado se juntan hacen un puño y eventualmente pueden ganarle, es una situación algo similar, no los opositores al Partido Colorado, el partido tradicional, el partido más fuerte, no se han juntado bajo la candidatura de Efraín Alegre.
—¿Habría empate?
—Si bien las encuestas no le dan tanta opción para ganar (a Alegre), existe aún la posibilidad de que haya un empate técnico.
—Teniendo en cuenta que Paraguay es un país conservador, ¿es difícil hacer un cambio de políticas públicas?
—Paraguay es un país que es democrático, pero que tiene estructuras conservadoras y políticas públicas que no son funcionales. Por ejemplo, en materia ambiental, también en la lucha contra la pobreza.
—¿Cuáles serían las repercusiones con cada candidato?
—Las castas económicas siguen teniendo un poder inmenso frente a las mayorías, entonces un triunfo de Alegre podría neutralizar en parte eso, mientras que un triunfo de Peña prolongaría la lógica que ha primado durante cerca de 70 años, con la excepción de Fernando Lugo, donde estos grupos de poder mantendrían el control. Ahora, qué tanto cambiaría Alegre, parece que no sería una revolución de ningún modo, pero por lo menos ya implicaría un cambio en Paraguay que gane Alegre porque no sería el Partido Colorado finalmente.
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—Si gana Alegre, ¿cuál sería su reto principal en la presidencia de Paraguay?
—Uno es la economía. Paraguay sigue siendo un país que no tiene una economía diversificada suficientemente. Lo otro es la desigualdad. También resolver sus vínculos bilaterales, por ejemplo, el asunto del equilibrio de Taiwán o China.
También me parece que la mayoría de países del mundo ha optado por China y Paraguay, en eso, está bastante atrás, es unos pocos países que se ha quedado en la lógica de antes. El otro tema para mí sería cómo se sitúa Paraguay en el contexto regional. Por ejemplo, es uno de los países que ha roto relaciones diplomáticas con Venezuela por motivos ideológicos, porque no tiene mucha presencia de venezolanos en el país.
—¿Qué urge por resolver en Paraguay?
—El tema más urgente en Paraguay siempre es la pobreza y la desigualdad. Hay demasiados problemas económicos, demasiada desigualdad, demasiada falta de equidad. Por ejemplo, los indígenas están en una situación precaria hace años. Hay un gran problema de seguridad ciudadana, hay mucha presencia de narcotráfico y de crimen organizado.
El nuevo Gobierno tendría que enfrentar los mismos problemas que los del resto de la región. En Paraguay, los problemas de seguridad han crecido mucho en los últimos años. Recuerda que hay un fiscal paraguayo que fue asesinado en Colombia, eso da una idea del alcance que tienen los grupos criminales.