Existe la creencia de que Jesús de Nazaret tuvo una relación romántica con María Magdalena, inclusive que se casaron y tuvieron hijos. La polémica se convirtió en libros —como el del escritor griego Níkos Kazantzákis titulado "La última tentación de Cristo", que luego terminaría en una película de Martin Scorsese— y en dos vías de pensamiento: los que lo ven el hecho como real y consumado, y los que lo condenan como pecado.
Los que ven esta suposición como una blasfemia, se basan en los textos de la Biblia, en los cuales no se afirma concretamente el suceso (aunque hay indicios que están abiertos a interpretación). Por otra parte, las investigaciones de los conocidos evangelios apócrifos han hallado algunas evidencias de un supuesto vínculo amoroso entre Jesús y María Magdalena.
Pero todo el misterio inicia con Magdalena, una mujer de la que se dice mucho, pero se sabe poco. En un principio, se cree que su nombre se originó de Magdala, ciudad al norte de Israel. Su presencia comienza a ser relevante cuando se le señala como una seguidora muy cercana a Jesús. Además, había sido una de las que presenciaron la crucifixión y vio dónde fue enterrado los restos, así como también la que encontró el sepulcro de la resurrección.
Hay un indicio en los textos bíblicos que podrían interpretarse como una relación romántica. En el Evangelio de Juan, en el relato de la muerte y sepultura de Jesús, Magdalena derrama lágrimas ante un sepulcro vacío, cuando le preguntan: “Mujer, ¿por qué lloras?”.
La palabra 'mujer' que aparece en el escrito original citado podría interpretarse como 'esposa', según expresó a la BBC el hagiógrafo Thiago Maerki, estudioso del cristianismo y parte de la Hagiography Society de EE. UU.
Otra de las pistas se remontan a Magdalena cuidando la sepultura. Conforme con el experto, la tradición bíblica asegura que a ella le correspondía limpiar y vigilar el cadáver. Para cumplir estas labores, era indispensable que tocara el cuerpo de Jesús y esto sería imposible si María no fuera parte de su familia o su esposa.
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En los famosos textos apócrifos, la afirmación es mucho mayor: manifiestan que Jesús y María Magdalena se besaron en la boca. Pero este dato, contextualizado, no es determinante; ya que, de acuerdo con los especialistas, en la antigüedad el ósculo podría significar la transmisión de conocimientos de un ser a otro, sin que esto sea erótico.
En estos escritos, específicamente en el Evangelio de Felipe, se presenta a Magdalena como 'compañera' de Jesús ('koinônos' en griego), que no necesariamente implica una idea conyugal. “Tres mujeres caminaban siempre con el Señor: María, su madre; la hermana de esta; y Magdalena, llamada su compañera. Así pues, María es su hermana, su madre y su compañera” (59,6-11).
Uno de los textos más punzantes es "La historia eclesiástica de Zacharias Rhetor" (del siglo VI, escrito en siríaco, dialecto arameo), obra en la que cuentan la secreta historia de la juventud de Jesús y su relación con Magdalena, con quien enuncian que se había casado y procreado dos hijos.