El vínculo entre los qataríes y halcones data de más de 5.000 años, cuando la caza de carne en el desierto, en la lucha por sobrevivir, poco a poco se fue extendiendo desde Irán, pasando por todo el Medio Oriente hasta llegar a Qatar.
Para un catarí no hay nada más venerado y admirado que un halcón, ave convertida en el animal nacional. No solo forman parte de exhibiciones, torneos internacionales, afición o cría, sino que son tratados como una mascota a la que entrenar, proteger y cuidar como parte de la familia.
Los halcones en el Medio Oriente son tan queridos por sus dueños que pueden viajar con ellos en aviones portando un pasaporte especial.
Estas aves suelen vivir entre 12 y 15 años y su coste las convierte en compañeras no aptas para todos los bolsillos. Adquirir el animal, entrenarlo o cuidarlo es una afición bastante cara.
Los amantes de la cetrería, el arte de criar y entrenar aves, se dan cita en el Falkon Souk para encontrar en este mercado ejemplares tan bellos como costosos, los que en su mayoría provienen de Irak o Pakistán.
Si bien un halcón puede valer alrededor de los 4.000 y los 10.000 dólares, este monto puede aumentar con creces, propio del lujo que existe en este mercado.
En la última S’hail, el evento internacional que se celebra en Doha, donde se puede comprar y vender las preciadas aves y todo lo necesario para su expedición de caza en el desierto, se subastó un ejemplar por 911.000 riyales cataríes, lo que al cambio equivale a unos 250.000 dólares.
“En Qatar, cuánto más grande y más blanco, más caro es. Les encanta el color blanco. Y las hembras son las más caras para la cría”, asegura Alberto Relaño, representante de Bronces Relaño, un negocio familiar de esculturas de halcones en bronce en España.
Estas preciadas aves son vendidas a precios exorbitantes por motivos meramente estéticos, según indica el mismo medio. Su valor se define por su color, su procedencia y su raza. Por ejemplo, si estos provienen de estepas mongolas o iraquíes, los precios se disparan.
Asimismo, siempre se valora mucho más a una hembra por poder criar.
Su crianza y cuidado implica una fuerte inversión, al grado de que en Doha hay un hospital exclusivo para el cuidado de estas aves en el Souq Waqif, epicentro social en el centro de la ciudad qatarí.
El nosocomio de alta complejidad para halcones cuenta con un moderno equipamiento para la atención médica. Se calcula que al día se pueden llegar a atender hasta 150 halcones con diferentes necesidades.
Los trabajos van desde el limado de las garras hasta el implante de plumas, un procedimiento de máximo cuidado, ya que pueden perderlas en la vida salvaje, lo que minimiza su valor o estética.
En este lugar podemos esperar exactamente lo mismo que vamos a encontrar en un hospital (de lujo) para personas: salas de espera con trípodes para halcones, sofás en las salas de espera, ventanillas para gestionar las visitas, salas de urgencias e incluso un pequeño museo para conocer todas las particularidades de estos animales.