La viruela del mono continúa expandiéndose por el mundo, con consecuencias ahora mortales. Brasil se convirtió el viernes 29 de julio en el primer país en registrar la muerte de una persona infectada con dicho virus.
Pocas horas después, España anunció otro deceso y el sábado sumó un segundo caso. India y Perú, de igual forma, registraron el último lunes sus primeras muertes por esta enfermedad. Pese a esto, la población aún no es consciente de la propagación tan rápida de este virus.
En ese sentido, el médico español Arturo Henriques denunció, a través de sus redes sociales, que el último 15 de julio, mientras viajaba en Metro, en Legazpi, un hombre subió tranquilamente al vagón cubierto de pies a cabeza con marcas de la viruela del mono.
“El hombre subió al metro Legazpi. Completamente plagado de heridas de la cabeza a los pies, incluidas las manos. Veo la situación y también veo a las personas que me rodean como si nada fuera a pasar”, comentó en Twitter.
Según su relato, él se acercó al hombre con mucha cautela y le preguntó si estaba infectado con la viruela del mono. A lo que el pasajero le respondió: “Sí, tengo eso”.
El pasajero aceptó que tenía viruela del mono, que su doctora le había dicho “que no tenía que quedarme en casa, solo que usara mascarilla”. Foto: captura Twitter @arturohenriques
Posteriormente, personal de salud le exigió que haga cuarentena, pero el pasajero no prestó atención. Según explicó: “Mi doctora no me dijo que tenía que quedarme en casa, solo que usara mascarilla”.
El individuo, en todo momento, ignoró a Henriques, debido a que el médico intentó que el hombre comprendiera la magnitud del contagio y la importancia de aislarse. “Le dije que las lesiones que tenía en todo su cuerpo son las que más contagian y que posiblemente no entendió todas las indicaciones de su doctora de cabecera”, señaló.
Por ello, el médico se dirigió a una mujer que estaba a su lado para advertirle del riesgo de contagio, pero no le hizo caso.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo entonces que declarar el brote como una emergencia sanitaria mundial ayudaría a acelerar el desarrollo de vacunas y la implementación de medidas para limitar la propagación del virus.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, hay 21.148 casos en todo el mundo.