Una corte federal del estado de Vermont, noreste de Estados Unidos, falló a favor de una mujer que quedó embarazada con el esperma de su médico, sin su conocimiento, luego de un procedimiento de inseminación artificial que ocurrió en marzo de 1977.
En aquel entonces, C. Rousseau y su esposo Peter, quien se había sometido a una vasectomía, recurrieron a la donación de semen para la concepción de una niña, procedimiento que realizaron sin inconvenientes, aparentemente, guiados por el doctor John Boyd Coates.
Sin embargo, en 2018, su hija, quien ya es una adulta, se hizo una prueba de ADN. Fue en aquel momento que se descubrió que Boyd Coates era su padre biológico.
En ese contexto, la pareja decidió demandar a Coates, acusándolo de usar su propio esperma durante el procedimiento de inseminación artificial, manifiesta la denuncia que recoge el portal estadounidense Metro.
En 2019, el doctor testificó bajo juramento que él no era el padre y que nunca utilizó su semen en ningún procedimiento de inseminación. Pero una vez que la prueba confirmó que él era el padre genético del hijo de Rousseau, admitió haberlo empleado.
“A los Rousseau se les había hecho creer que la persona que estaba donando el material genético era un estudiante de medicina que el doctor Coates había aprobado como donante”, dijo Jerry O’Neill, uno de los abogados de los demandantes, en 2018
El jurado comenzó a deliberar, este martes 29 de marzo, y llegó a su veredicto el miércoles. Concluyó que Coates no reveló que planeaba usar su material genético antes del procedimiento, lo que finalmente causó daño a Rousseau, incumplió un contrato y le causó daños, según el fallo.
Tras ganar la demanda, la mujer recibió US$ 5.25 millones, por daños compensatorios y daños punitivos en el caso contra el doctor John Coates.
“El jurado, a través de su veredicto de daños punitivos, envió un mensaje a cualquier médico que pudiera pensar en mentirle a sus pacientes o usar su propio semen para inseminar a sus pacientes”, dijo Celeste Laramie, abogada de Rousseau.