Un teatro de Mariúpol, donde se habían refugiado “centenas de civiles”, fue impactado este miércoles 16 de marzo por un bombardeo ruso, informó la alcaldía de esta asediada ciudad portuaria del sudeste de Ucrania.
“El avión soltó una bomba sobre el edificio que albergaba a centenas de civiles. Resulta imposible establecer un balance inmediato, porque los bombardeos en esa zona residencial prosiguen”, indicaron las autoridades vía Telegram. Además, se difundió una foto del teatro con su parte central destruida.
“La entrada del refugio está bloqueada por los escombros. Estamos verificando informaciones sobre las víctimas”, agregó la alcaldía.
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El Ministerio de Defensa ruso negó haber bombardeado el teatro y atribuyó la explosión a un batallón nacionalista ucraniano, denominado Azov. Moscú ya había acusado a esa unidad militar del bombardeo, la semana pasada, de un hospital pediátrico y maternidad de Mariúpol, que había generado indignación internacional.
Más de 2.000 civiles murieron en Mariúpol, sitiada y bombardeada desde hace varios días por las fuerzas rusas, según el balance de las autoridades locales.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó este miércoles de “criminal de guerra” a su par ruso, Vladimir Putin, y anunció una ayuda militar masiva a Ucrania, donde los civiles fueron blanco de bombardeos frente a una tienda y en un mercado, en el norte, y huyendo de Mariúpol, en el sur.
“Creo que (Putin) es un criminal de guerra”, respondió Biden a una periodista que lo interrogó en la Casa Blanca.
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Su secretaria de prensa, Jen Psaki, dijo luego que Biden estaba “hablando con el corazón” después de ver imágenes de “acciones bárbaras de un dictador brutal a través de su invasión a un país extranjero”.
La réplica rusa no se hizo esperar. “Consideramos inaceptable e imperdonable semejante retórica por parte del jefe de un Estado cuyas bombas mataron a centenas de miles de personas en todo el mundo”, sostuvo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.