El director general de la agencia nuclear de la ONU, el argentino Rafael Grossi, criticó que la seguridad de la mayor central nuclear de Europa se haya visto comprometida por un ataque ruso, pero tranquilizó al señalar que no se han producido escapes radiactivos.
“Se ha comprometido la seguridad con lo que pasó anoche, tenemos suerte de que no haya existido un escape de radiación”, declaró Grossi en una rueda de prensa en Viena, quien se mostró muy preocupado porque la situación “carece de precedentes”.
Grossi aseguró que el proyectil que impactó en la central nuclear provenía de las fuerzas rusas y reiteró el peligro de combatir cerca de esos complejos dada su gran fragilidad.
Varios líderes internacionales avisaron del peligro de atacar determinadas instalaciones, como las centrales nucleares, por las consecuencias que pueden generar.
En esa línea, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que el ataque a la central de Zaporiyia muestra la “temeridad” de esta guerra y la necesidad de que Rusia retire sus tropas.
Y el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, alertó de los efectos “catastróficos” que pueden tener los ataques rusos cerca de las centrales nucleares en Ucrania e instó a que se detengan “inmediatamente”.
Además, el jefe de la diplomacia europea se sumó al llamado “a la emergencia”, lanzado por Naciones Unidas, y remarcó que los bombardeos y el consiguiente incendio la pasada noche en la central de Zaporiyia “pueden poner en peligro a toda Europa”.
El ataque de fuerzas rusas a la central nuclear de Zaporiyia y su posterior toma de control traslada el foco a la seguridad de determinadas infraestructuras de energía especialmente sensibles y sometidas al riesgo de un conflicto bélico.
Y más en un país como Ucrania, donde está la antigua central de Chernóbil, que en 1986 un accidente nuclear generó la mayor tragedia de ese tipo en la historia. Y con la particularidad de que la de Zaporiyia es incluso de superior dimensión.
Ante esto, las tropas rusas consiguieron tomar la central de Zaporiyia, confirmó el regulador nuclear estatal de Ucrania, quien añadió que el personal de la planta controla el estado de los bloques y garantiza su correcto funcionamiento.
Los reactores de la central permanecen intactos y no se han registrado cambios en el estado de radiación en el momento actual, señala el regulador. Por tanto, especialistas de este organismo están en contacto con los ingenieros de la planta atómica.
De madrugada, los bomberos habían logrado sofocar un incendio en el centro de formación de la central, que se había iniciado tras el ataque de las fuerzas rusas
El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galuschenko, denunció que las tropas rusas emplearan fuego de tanques, de artillería y cohetes contra la central nuclear de Zaporiyia, sabiendo “de las consecuencias catastróficas de sus acciones”.
Rusia negó haber atacado la central de Zaporiyia con tanques, artillería y cohetes. En ese sentido, denunció que el incidente en esta instalación fue una “provocación” llevada a cabo por un grupo de sabotaje ucraniano.
“El objetivo de la provocación del régimen de Kiev en esta instalación nuclear radicó en el intento de acusar a Rusia de crear una fuente de contaminación radiactiva”, denunció el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
De madrugada, aseguró, que una patrulla rusa fue atacada por un grupo de sabotaje ucraniano. Con el objetivo de provocar el fuego contra el edificio, ellos fueron reducidos desde las ventanas del centro de formación de la central.
Konashenkov añadió que los militares rusos respondieron a “los saboteadores ucranianos”, a los que acusó de iniciar el incendio en su retirada.