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Cómo una isla tropical contrarrestó un derrame de petróleo con pelo humano

Isla Mauricio resolvió una emergencia nacional en 2020, luego de que se derramaran 1.000 toneladas de crudo en sus aguas, con pelo humano.

larepublica.pe
En Estados Unidos ya se había aplicado esta táctica. Foto: Matter of Trust

Isla Mauricio, un país del océano Índico donde se ubica uno de los arrecifes de coral más grandes del mundo, sufrió un desastre ecológico en 2020. Hasta 1.000 toneladas de crudo se derramaron en sus aguas, por lo cual el Gobierno declaró estado de emergencia. Y una de las medidas de respuesta causó sensación.

La población local optó por armar barreras absorbentes hechas de bolsas entretejidas que rellenan con paja, caña y pelo humano antes de controlar el desastre ecológico, como reseñaron medios internacionales en su momento, incluida la cadena británica BBC.

Aunque las autoridades mauricianas pidieron alejarse de la zona del suceso, centenares de personas llevaron los materiales naturales absorbentes y formaron parte de las acciones que contribuyeron a limitar el daño.

El cabello puede absorber de tres a nueve veces su peso en aceite y no hay otro material que tenga esa capacidad, pero además tiene la ventaja de que puede reutilizarse, refiere Infobae. En 2020 fue un grupo de personas quienes lo entregaron a los peluqueros de la isla.

En agosto de ese año ya eran conocidos los descuentos o cortes de pelo gratis a los residentes para que donaran su cabello. Incluso algunas personas extranjeras se trasquilaron para colaborar.

Un grupo de voluntarios embutía el pelo, además de los otros materiales naturales absorbentes, en los cilindros flotantes para contener el petróleo en la superficie del agua.

Que el pelo humano es muy efectivo para la limpieza del petróleo ya se sabe desde el siglo pasado. En la década de 1980 el peluquero Phil McCrory, de Estados Unidos lo notó mientras veía por televisión el derrame de 41 toneladas de petróleo en las costas de Alaska.

Se percató que el pelo de una nutria marina estaba saturado del petróleo y pensó que, sí podía adherirse al del animal, quizás también podría hacerlo al cabello humano. Lo probó y le funcionó.

A partir de esa experiencia, McCrory se asoció a la ambientalista Lisa Gautier en la organización Matter of Trust (Cuestión de Confianza) y crearon el Programa Clean Wave, que recolecta pelo, plumas y otras fibras para hacer barreras cilíndricas flotables reciclables.