Los disturbios en Kazajistán causaron 164 muertes y unos 2.000 heridos. En tanto, las autoridades anunciaron este domingo haber arrestado a casi 6.000 personas vinculadas a estas sangrientas revueltas que han sacudido durante toda la semana al país más grande de Asia central.
Las cifras no pudieron ser confirmadas por una fuente independiente, pero 103 de las muertes se habrían registrado en Almaty, capital económica, según informaron varios medios citando al Ministerio de Salud. El balance se ha agravado: hasta entonces, fuentes oficiales habrían indicado que murieron 26 manifestantes (se les denomina como “delincuentes armados”) y 16 miembros de las fuerzas de seguridad.
En total, unas 5.800 personas han sido detenidas, “entre las cuales hay muchos extranjeros”, durante 125 investigaciones distintas, señaló en un comunicado la presidencia kazaja, sin brindar más detalles.
“La situación se ha estabilizado en todo el país”, pese a que las fuerzas de seguridad continúan realizando operativos de “limpieza”, añadió la fuente, tras una reunión de crisis convocada por el presidente, Kassym Jomart Tokayev.
Kazajistán, un país con 19 millones de habitantes, rico en hidrocarburos, se vio sacudido por disturbios sin precedentes desde su independencia, en 1989, en los que murieron decenas de personas.
La protesta comenzó el domingo pasado en provincias a causa del aumento de los precios del gas, para extenderse a las grandes ciudades, incluida Almaty, donde estallaron disturbios y la Policía disparó balas reales contra los manifestantes.
De acuerdo al Ministerio del Interior kazajo, citado este domingo por la prensa local, los daños materiales fueron estimados en unos 175 millones de euros (199 millones de dólares).
Más de 100 empresas y bancos fueron saqueados y unos 400 vehículos destruidos, según la fuente oficial.
El sábado fue arrestado el exdirector de los servicios de inteligencia Karim Massimov, primera figura importante detenida, por sospechas de “alta traición”.
Rechazando todo diálogo con los manifestantes, Tokayev autorizó el viernes a las fuerzas de seguridad a “disparar a matar”.