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Sin corazón y sin pulso: Craig Lewis, el primer hombre que sobrevivió a estas condiciones

Recientemente se reveló que el caso de Craig Lewis marcó un antes y un después en la medicina moderna. Después de sufrir una infección cardiaca, una operación inusual le salvó la vida en el 2011.

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El paciente Craig Lewis había sido sometido a un ensayo de corazón artificial tras sufrir una infección cardiaca. Foto: Cinco Noticias / El corazón deja de latir

No hace mucho no tener corazón ni pulso eran sinónimos de no seguir con vida. Ahora, la innovación en la medicina moderna es más alentadora, a tal punto que puede enfrentar a la misma muerte. El ejemplo es Craig Lewis, un ciudadano de 55 años que estuvo en las condiciones mencionadas por una infección cardiaca y quien fue sometido a una cirugía inusual.

La historia de Lewis se produjo en el 2011, pero recién fue revelada en enero del 2021. Según esta información, cuando llegó al hospital le dijeron que solo tendría 12 horas de vida. Su corazón había sido perjudicado por una amiloidosis, una enfermedad extraña que provoca la acumulación en exceso de proteínas anormales hasta degenerar en una infección cardiaca. Con venia de la familia y de la misma esposa del paciente, quienes sabían que él quería seguir viviendo, aceptaron que se le coloque un corazón artificial.

El plan, que era construir una máquina que no se descompusiera ni causara coágulos sanguíneos y que ya había tenido ensayos fallidos, fue encabezado por los médicos Billy Cohn y Bud Frazier, del Instituto del Corazón de Texas, quienes finalmente plantearon la solución innovadora de instalar un dispositivo llamado Continuous Flow (en castellano Circulación Continua) en lugar del corazón dañado. Primero, en tiempo récord, practicaron con 38 terneros y luego en humanos.

¿En qué consistía este aparato artificial? Al colocar el corazón artificial, el mecanismo que elaboraron permitía que entraran en funcionamiento unos rotores giratorios para bombear sangre por todo el cuerpo del paciente, quien despertó minutos después de estar sin reaccionar. Él incluso pudo conversar y hasta sentarse en una silla. Lamentablemente, la amiloidosis se había expandido hasta su hígado y sus riñones. Por esta razón, solo pudo sobrevivir un mes con el prototipo y falleció en abril del 2011.

“Sus médicos dicen que las bombas funcionaron a la perfección”, indicó el medio National Public Radio. “Sabíamos que, si no era un éxito para Craig, sí podían obtener datos que los ayudarían a una siguiente persona. Entonces lo hizo bien”, apuntó Linda, la esposa de Lewis.