Bogotá. EFE
La guerra entre disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) por el control territorial en el departamento colombiano de Arauca, limítrofe con Venezuela, se ha recrudecido en este comienzo de año con una ola de violencia que deja al menos 24 personas muertas.
Según Juan Carlos Villate, personero del distrito de Tame, se han recibido denuncias sobre la desaparición de unas 50 personas, mientras que más de 3.000 habitantes de cuatro municipios están “confinados, escondidos en sus fincas, en sus viviendas” porque los grupos armados ilegales no les permiten salir a otros lugares en busca de protección.
Arauca es un departamento petrolero y agropecuario donde hace décadas se hizo fuerte el Frente de Guerra Oriental del ELN, el más poderoso de esa guerrilla, fuerza ahora desafiada por el Frente 10 de las disidencias, que ocupó espacios dejados por las antiguas FARC y que se financia principalmente con extorsiones, secuestros y tráfico de drogas.
“El centro del conflicto es el territorio, tanto las FARC como el ELN llevan mucho tiempo ahí. Ambos llevan cuatro décadas en ese territorio, lo conocen, y desafortunadamente las FARC han vuelto a tener una dinámica en el territorio”, dijo a EFE Luis Eduardo Celis, analista del conflicto armado y asesor de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares).
El Gobierno colombiano denuncia constantemente que los miembros de ambos grupos ilegales se refugian del otro lado del río Arauca, que marca la frontera con el estado venezolano de Apure.
La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las FARC y la AGC imponen el miedo en la población durante la cuarentena. Foto: AFP
“Arauca tristemente es un departamento en el que por tener una frontera porosa, y al otro lado por permitirles el asentamiento a grupos armados ilegales, se están generando confrontaciones. Hay enfrentamientos entre disidencias (de las FARC) y actores del ELN”, dijo el presidente colombiano, Iván Duque. Horas después anunció el envío de tropas del ejército colombiano a la zona.
La Defensoría del Pueblo, que hace unos dos años advirtió mediante su Sistema de Alertas Tempranas del riesgo que corren “aproximadamente 69.000 personas de la población civil, de los 174.135 que residen en las áreas urbanas y rurales de los municipios de Saravena, Arauquita, Tame y Fortul”, dijo que sus representantes siguen acompañando a las comunidades víctimas de esta ola de violencia.
El defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, recordó que en la alerta temprana de julio del 2019, “además de homicidios, advertimos del riesgo de amenazas y retenciones ilegales, reclutamiento de niños y adolescentes y desplazamiento forzado” en esos cuatro municipios araucanos.
Organismos internacionales y defensores de DD. HH. han expresado también en las redes sociales su preocupación por la violencia en Arauca, un departamento al que nunca llegó la paz producto del acuerdo de 2016 del Gobierno con las FARC.
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El presidente colombiano, Iván Duque, ordenó el envío de dos batallones del Ejército al Arauca: “He ordenado que se desplacen dos batallones para la tarea de control territorial en las próximas 72 horas”, dijo.
“Estos grupos (disidencias de las FARC y el ELN) han estado operando a sus anchas en territorio venezolano con la anuencia y protección del régimen dictatorial”, subrayó Duque. Reveló que denunciará ante instancias internacionales “la convivencia y la protección que les ha brindado el régimen dictatorial de Nicolás Maduro a estas estructuras criminales”.