Para nadie es un secreto que el medio ambiente vive en constante peligro. Dentro de ese contexto, existen profesionales como Silveria Cutipa, una científica que, desde Bolivia, sabe que es necesario hacer intentos personales para preservar la vida de la Pachamama o madre Tierra. Por ello, la química industrial reutiliza el aceite que se emplea en distintos restaurantes para crear jabones artesanales con plantas y otros elementos medicinales.
Tras recibirse como química industrial en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Silveria Cutipa comenzaba una nueva aventura en la Alcaldía de El Alto, ciudad ubicada en el país del altiplano. Un día, mientras inspeccionaba la calidad del aceite sobrante de las frituras, notó algo que llamó su atención. La científica aimara descubrió que, entre las medidas para separar residuos sólidos, no había ninguna que enseñara a reutilizar la sustancia que suele desecharse después de la cocina.
En el 2014, Cutipa iba de cocina en cocina esperanzada a que distintos cocineros pudieran venderle el aceite que les sobraba luego de cada jornada culinaria. Ahora, muchos de ellos la visitan para dejarle el líquido vital para su negocio consciente.
Ese mismo año, la profesional decidió lanzar Suma Qhana Jabones Kolla, un emprendimiento que busca reciclar el aceite proveniente de frituras para crear jabones para la ropa, detergente en polvo, lavavajillas y pastillas desinfectantes.
Entre sus productos, Silveria ofrece jabones para la ropa, detergente en polvo, lavavajillas y pastillas desinfectantes. Foto: EFE.
Silveria Cutipa también fabrica jabones cosméticos. Para producir cada uno, recurre a insumos que vienen desde la Amazonía boliviana. Entre cucharadas de manteca de copoazú y cacao, aceite de coco y almendra, cusi y motacú, junto a algunos ramos de plantas medicinales como la ruda, el romero y la retama, nacen los jabones Kolla.
Con sus polleras, una blusa y una bata blanca encima, la química boliviana se prepara diariamente para iniciar cada jornada en su laboratorio instalado en casa. Desde un barril, Silveria retira el aceite reutilizado, comienza a purificarlo, mezcla la sustancia con otros elementos que, al endurecerse, se convierten en uno solo. Después, el jabón queda listo para cortarse, empaquetarse y ofrecerse al público.
A Silveria le preocupa que la contaminación siga avanzando y que, sobre todo, continúe afectando al medioambiente y a la Pachamama (o madre Tierra). “Un litro de aceite contamina mil litros de agua, tiene un impacto ambiental en la contaminación hídrica bastante significativo”, menciona preocupada la mujer innovadora en una reciente entrevista para la agencia EFE.
El primer paso para crear los jabones es purificar el aceite reciclado. Foto: EFE.