El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confió el sábado en que su país pueda “demostrar que las democracias funcionan” y volvió a defender la retirada de Afganistán, con motivo del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de setiembre.
Biden no pronunció ningún discurso en los actos con motivo del 11 de septiembre en los que participó, tanto en Nueva York como en Shanksville, pero sí hizo algunos comentarios en declaraciones a periodistas después de visitar una estación de bomberos en esa segunda localidad.
El mandatario describió como “verdaderamente bueno” el discurso que había dado poco antes en Shanksville el expresidente republicano George W. Bush, quien comparó el “espíritu infame” de los terroristas del 11 de septiembre con el de los extremistas violentos que provocaron el asalto al Capitolio el pasado enero.
“En los próximos cuatro, cinco, seis o diez años, ¿vamos a demostrar que las democracias pueden funcionar, o no?”, preguntó Biden.
Aseguró que los líderes autoritarios piensan que ellos son los únicos que pueden tener éxito, y dijo que lo había comprobado en sus conversaciones con los presidentes de China, Xi Jinping; y Rusia, Vladímir Putin.
“Creo que realmente podemos, de hecho, liderar con el poder de nuestro ejemplo de nuevo”, continuó Biden.
Lamentó el tono del debate político sobre el tema y volvió a defender la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, completada poco antes del 20 aniversario del 11 de septiembre y que derivó en caos después de que los talibanes controlaran Kabul.
“¿Podría volver Al Qaeda? Sí. Pero adivinen qué: ya ha vuelto en otras partes. ¿Cuál es entonces la estrategia? ¿Vamos a invadir y hacer que nuestras tropas se queden en todos los lugares donde hay presencia de Al Qaeda? Venga ya”, zanjó.
La canciller alemana, Angela Merkel, recordó las “imágenes aterradoras” del ataque.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, rindió un homenaje a las víctimas y a quienes “arriesgaron todo para ayudarlos”.
El presidente de Colombia, Iván Duque, condenó “un acto demencial de terrorismo sin precedentes”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lo consideró “lo peor de la humanidad”.