El 11 de septiembre del 2001, como sabemos, ocurrió un hecho de barbarie sin precedentes en Estados Unidos. Dos rascacielos de Nueva York, la oficina del Pentágono y el Capitolio eran los objetivos iniciales de los terroristas de Al Qaeda para destruir, cumpliéndose solamente los tres primeros objetivos.
El cuarto objetivo, el Capitolio del Congreso estadounidense, fue frustrado por los propios pasajeros del vuelo 93 de United Airlines. El heroísmo de estos tripulantes causó la admiración del país y de todo el mundo, ya que entregaron su vida por salvar a otros de un terrible atentado.
A las 8.46 de la mañana, el vuelo 11 de American Airlines, que viajaba de Boston a Los Ángeles, impactó contra la torre norte del World Trade Center en la ciudad de Nueva York. Diecisiete minutos más tarde, el vuelo 175 de United Airlines golpeó la torre sur del mismo complejo de rascacielos.
El vuelo 77 de American Airlines (que viaja desde Dulles, Virginia, a Los Ángeles) golpeó el edificio del Pentágono en Washington a las 9.37 a. m., lo que causó que uno de sus cinco lados se viera totalmente destruido. A las 10.03 de la mañana, el vuelo 93 de United Airlines, impactó en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania. El objetivo de este último avión era destruir el Capitolio.
Los heroicos pasajeros del vuelo secuestrado de United, tras saber gracias a sus teléfonos móviles lo que había ocurrido con los otros tres aviones secuestrados, decidieron que, si no podían salvarse, al menos podían con patriotismo y salvar las vidas de los que constituyen el objetivo de los terroristas; así que avanzan por el pasillo, irrumpen en la cabina -donde un terrorista maneja los mandos- y luchan para derribar el avión.
Cuando se dieron cuenta de que habían secuestrado el avión, los pasajeros y la tripulación tomaron una dolorosa decisión. “Realizaron una votación para decidir si recuperar el avión”, dice el guardaparques Robert Franz, al describir los acontecimientos de aquel día. “Este monumento honra su valor y su fortaleza, y el profundo amor que sentían por los demás”.
Los estadounidenses no olvidan que la verdadera historia se encuentra en el heroísmo de los 33 pasajeros y los siete miembros de la tripulación que dieron su vida para proteger a los demás. El Congreso instauró un monumento en honor a los 33 en el 2002, y Paul Murdoch Architects junto con Nelson Byrd Woltz Landscape Architects lo construyeron en etapas, tras un concurso internacional de diseño al que se presentaron unas 1,100 participaciones. La obra se inició en el 2011 y el complejo del centro de visitantes se inauguró finalmente en el 2015
El Monumento Nacional al Vuelo 93 (en inglés) ofrece una visión minuto a minuto de lo que ocurrió ese día en Pensilvania y en todo el país. El monumento, administrado por el Servicio de Parques Nacionales, rinde homenaje a esas almas valientes que, al enfrentarse a una muerte segura, decidieron detener a cuatro terroristas que pretendían desviar el avión hacia Washington D.C. con el objetivo de estrellarlo contra el Capitolio de Estados Unidos.
Existe también una película llamada United 93, dirigida por Paul Greengrass, y protagonizada por actores destacados como Richard Bekins, Khalid Abdalla, David Alan Basche, Opal Alladin y Christian Clemenson. Fue nominada al Oscar en las categorías de Mejor director y Mejor edición.
11S