La mañana del martes 11 de septiembre del 2001, hace 20 años, se registraron cuatro ataques en diferentes puntos estratégicos de Estados Unidos. Aviones fueron utilizados para colisionar con las Torres Gemelas del World Trade Center, con el Pentágono y en Shanskville. Los servicios de emergencia y los medios de comunicación no se podían dar abasto. Fueron miles los heridos y las perdidas humanas a causa del mayor atentado terrorista en la historia de la humanidad a cargo de Al Qaeda.
El reloj marcaba las 8.46 a. m. cuando de pronto se escuchó un ruido fuerte en el World Trade Center. Un avión había golpeado la Torre Norte, de las Torres Gemelas, entre los pisos 93 y 99. En medio del caos, el derrumbe y el fuego, la gente hacía todo lo posible para salir de la zona. Los servicios de emergencias y los medios de comunicación no podían darse abasto. El mundo estaba paralizado.
La desesperación continuaba mientras iban pasando los minutos, cuando alrededor de las 9.00 a. m. otro avión colisionó el edificio gemelo, la Torre Sur. Otras aviones impactaron en el Pentágono y en Shanskville. En total fueron cuatro ataques terroristas que provocaron la muerte de casi 3.000 personas. Los responsables: Al Qaeda con Osama Bin Laden a la cabeza.
Los ataques del 11 de septiembre introdujeron consecuencias directas a nivel mundial. Se inició una guerra contra el terrorismo yihadista. En tanto, las estrictas medidas de seguridad impuestas por Estados Unidos también fueron llevadas a los aeropuertos de todos los países. Un atentado que cambió la historia.
Estados Unidos sufrió diferentes ataques terroristas en zonas estratégicas de este país: Torres Gemelas, Pentágono y Shanksville. Los atentados, considerados como los más graves de la historia, causaron terror, heridas, dolor y muerte. Los sucesos de esa mañana cambiaron a la nación estadounidense, que inició una guerra contra el terrorismo y elevó sus sistemas de seguridad.
Los atentados estuvieron a cargo Al Qaeda, organización terrorista, paramilitar y yihadista. Esa mañana, 19 terroristas suicidas del grupo mencionado secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono, y el cuarto ataque iba dirigido al Congreso, pero cayó en un campo de Pensilvania.
Miles de bomberos, policías, personal de emergencia, voluntarios y migrantes se unieron en las tareas de rescate. No hubo descanso en Nueva York para estos salvadores.
La lista oficial de la justicia de EE. UU., contando a los 19 terroristas y la desaparición de 24 víctimas, informó el fallecimiento de 2.996 personas. Hasta julio de 2019, se comunicó que solo el 60% fue identificado.