Estados Unidos, uno de los países con mayor acceso y disponibilidad de vacunas en el mundo, se encuentra en una grave crisis debido a la ralentización de la vacunación en todo el país y la aceleración de contagios de la variante delta, la cual se propaga entre la población no inoculada de una manera alarmante. El último fin de semana, Pfizer INC. y su socio alemán BioN- Tech anunciaron que el Gobierno estadounidense compró 200 millones de dosis de su vacuna contra el Covid-19, las mismas que tienen también como destino a niños menores de 12 años, quienes están próximos a iniciar el año escolar. Con esta compra se busca enfrentar la alta tasa de casos por el virus SARS-CoV-2.
La CDC informó en la última semana que la cantidad de personas que solo han recibido una dosis supera al número de personas que cuentan con la pauta completa, 56,3% contra 48,8% respectivamente.
Una investigación realizada por The New York Times reveló que un gran porcentaje del grupo que no quiere recibir la segunda dosis teme los efectos secundarios o considera que están lo suficientemente protegidos con una de ellas.
Dos tercios de los condados de Estados Unidos tienen solamente un 40% de su población vacunada.
Cuáles son las razones por las que la población estadounidense no quiere inmunizarse con siquiera una dosis. Para ello, La República entrevistó a Jesús Anampa, médico investigador del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York.
“Es un país con muchos micropaíses”, dice en primera.
La meta del presidente Joe Biden era de un 70% de personas vacunadas para el Día de la Independencia, el 4 de julio, sin embargo, ha habido un retraso significativo, fruto de la gran ola de desinformación.
Esa es una de las principales razones por las cuales, sobre todo los jóvenes, no se están acercando a vacunarse. Anampa menciona que cuando recién llegaron las vacunas era sumamente difícil encontrar cita porque la población adulta mayor, al ser considerada la más vulnerable, tenía mucho miedo y los centros de vacunación siempre estaban llenos.
Ahora que están en la etapa de inoculación a jóvenes, “ellos tienen la percepción de que son más fuertes y que pueden combatir al virus”, sumado a las teorías conspirativas en las que creen. Es por eso que se llegó a disminuir la velocidad con la que se estaba vacunando.
El médico afirma que hay jóvenes que, incluso, tienen ideologías teológicas que van en contra de sus creencias al pensar que la vacuna no es adecuada porque es un “signo divino o del más allá y sería impensable que esté en tu cuerpo”.
Otros creen que el fármaco contiene un chip, el cual controlará tu mente y tu cuerpo.
“En el humano la desconfianza es natural, pero por eso hay que informar a la población, la información debe ser muy cuidadosa. Una tarea grande tenemos en EEUU”, opina Anampa.
La población afroamericana y latina cuenta también con algunos grupos que se resisten a la vacuna, así lo manifiesta el médico. Esto sucede porque son grupos étnicos que han sido históricamente segregados, por lo que es normal que ellos siempre estén a la defensiva cada vez que aparece algo nuevo, porque creen que serán utilizados como conejillos de indias.
37.000 casos diarios se han registrado en promedio en esta quincena.
99% de los fallecidos en las últimas semanas son los “no inmunizados”.