Brasil superó este sábado 19 de junio la cifra de las 500.000 muertes por la COVID-19, en momentos en los que el gigante suramericano se encamina a una tercera ola de la enfermedad, según los datos de un consorcio de medios de comunicación que lleva las estadísticas.
De acuerdo con el consorcio, que recoge los datos de las secretarías regionales de Salud de los 27 estados brasileños y realiza una contabilidad paralela a la del Ministerio de Salud, a las 14:15 hora local (17.15 GMT) de este sábado, y sin contabilizar todos los datos del día, Brasil acumulaba 500.022 fallecimientos por la enfermedad y 17 822 659 casos.
El país registró 1.401 muertes diarias y 20.483 nuevas infecciones del virus, aunque el número deberá ser mayor al final del día, cuando el Ministerio de Salud divulga el balance consolidado.
Los datos confirman a Brasil, con sus 210 millones de habitantes, como el segundo país con más muertes por la COVID-19 en el mundo después de Estados Unidos (601.500) y como el tercero con más casos después de la nación norteamericana (33,5 millones) e India (29,8 millones).
La curva epidemiológica ha vuelto a acelerarse en las últimas semanas y numerosos expertos coinciden en que el país está a las puertas de una tercera ola de la pandemia, tras el repunte en el número de casos y fallecimientos.
La media diaria de muertes en los últimos 7 días subió por encima de las 2.000 tras haber caído a 1.600 a comienzos de junio, pero aún está lejos de las 3.000 alcanzadas el 12 de abril, cuando el país vivió su fase más mortífera.
En cuanto a los contagios, la media diaria ha escalado hasta los 72.000, cerca del pico de 77.000 alcanzado el 25 de marzo.
Pese a la aún crítica situación de la pandemia, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, insiste en su posición negacionista y esta semana volvió a afirmar que contraer el virus es “más eficaz que la vacuna”, en contramano de lo que defiende la comunidad científica.
Con información de EFE