El 7 de noviembre están previstos comicios presidenciales en Nicaragua. La oposición mayoritaria se había unido en torno a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, la plataforma para escoger una postulación única de cara a la cita electoral.
Una de las personas que pidió unirse como precandidata fue Cristiana Chamorro —la cara detractora más visible al Ejecutivo que lidera Daniel Ortega—, quien fue detenida a principios de mes. Y le siguieron Arturo Cruz, Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro García.
Cuatro aspirantes encarcelados, a cinco meses para las elecciones, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional. En Washington, por ejemplo, han pedido calificar al izquierdista como “dictador”.
“Ortega es dictador desde el momento que creó sus propias leyes, hizo fraude electoral, eliminó la prensa independiente y sobre todo desde que en 2018 asesinó al primer estudiante que salió a las calles pacíficamente a exigir libertad y justicia”, afirmó la lideresa estudiantil Madelaine Caracas.
Tanto Caracas como Adonis Alemán, miembro de la Alianza Cívica, coincidieron en que 2018 marcó un antes y un después en la deriva “autoritaria” de Ortega y la vicepresidenta, su esposa Rosario Murillo.
En abril del 2018 se desataron una serie de protestas contra el Gobierno nicaragüense, que dejó al menos 320 decesos, centenares de prisioneros y decenas de miles de exiliados. También millonarias pérdidas económicas, en lo que fue considerado por las autoridades como un intento de golpe de Estado promovido por EE. UU.
“La salida a la crisis que atravesamos desde el 2018 es una salida electoral. Los jóvenes creemos que con el voto masivo de la población este 7 de noviembre le pondríamos fin a tres períodos consecutivos de poder al partido de gobierno”, opinó Alemán.
No obstante, con la principal figura opositora tras las rejas acusada de supuesto lavado de dinero y un deterioro de las instituciones, según organismos especializados, no son pocas las voces que dudan de que la salida pase por las urnas.
“No sé si sea posible, lo que estamos viviendo actualmente demuestra que Ortega no tiene voluntad política ni moral de brindarle a Nicaragua la posibilidad de elecciones libres”, sentenció Caracas.
La joven, al igual que veteranos políticos, apuesta por reformas electorales mediante la presión ciudadana e internacional. “Es importante que la situación de Nicaragua se siga visibilizando”, dijo.
El senador demócrata de Estados Unidos Bob Menéndez calificó a Ortega como el “Kim Jong-un del hemisferio occidental por la manera en que está actuando”.
Menéndez, un crítico de la izquierda radical, enfatizó en CNN: “Tenemos que ser claros en nuestra postura contra el régimen de Ortega”.
Por su parte, el presidente español Pedro Sánchez se dirigió a Ortega desde Costa Rica: “Que juegue limpio, que libere a opositores”.