El consejero científico del Gobierno británico, Patrick Vallance, informó este miércoles 10 de febrero de que se detectó una mutación en la variante del coronavirus predominante en el Reino Unido similar a la que se ha extendido en Suráfrica. Con este cambio, el virus podría restar efectividad a las vacunas.
Al haber adquirido la mutación conocida como E484K, “es algo más probable que (el virus) se muestre un poco distinto ante el sistema inmune, por lo que debemos vigilarlo”, afirmó Vallance en una rueda de prensa.
“No es sorprendente que esto haya ocurrido. Pasará lo mismo en el resto de lugares”, auguró el consejero científico, quien también resaltó la importancia de minimizar el número de contagios para reducir al mismo el tiempo las posibilidades de que aparezcan nuevas mutaciones peligrosas.
La agencia de salud pública inglesa (PHE) ha confirmado hasta ahora 21 casos de esa mutación a partir de la variante del virus B117, que se considera más contagiosa que la versión original del SARS-CoV-2 y se detectó por primera vez en el sureste del país el pasado septiembre.
Las primeras muestras de la mutación E484K se han identificado en la zona de Bristol, en el oeste de Inglaterra, pero también se han recogido al menos cuatro en Manchester, más de 200 kilómetros al norte de esa localidad.
El Reino Unido es uno de los que secuencia más genomas del virus en busca de alteraciones que puedan modificar su comportamiento ―analiza unas 20.000 muestras a la semana—, y ha ofrecido ayuda al resto de países para que impulsen sus programas de genómicos.
Ante el riesgo de importar variantes que potencialmente puedan restar efecto a las vacunas, el país endurecerá aún más a partir del lunes sus restricciones de viaje. Por ello, obligará a todas las personas procedentes de 33 países considerados de riesgo a guardar una cuarentena de 10 días en un hotel.
Más de 13 millones de residentes británicos han recibido al menos una dosis de una vacuna contra el coronavirus. Asimismo, más de medio millón ha recibido también una segunda inyección.
El primer ministro británico, Boris Johnson, celebró que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya respaldado el uso de la vacuna producida por la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford en mayores de 65 años, y que haya respaldado asimismo el retraso de la segunda dosis de ese preparado hasta doce semanas, tal como ya había decidido hacer el Reino Unido.