Las funerarias al sur de California se vieron en la obligación de rechazar los cadáveres en sus locales debido a que se están quedando sin espacio, informó la cadena de televisión canadiense CTV news.
Magda Maldonado, propietaria de Continental Funeral Home en Los Ángeles, afirmó que en “40 años dentro de la industria funeraria, nunca en mi vida pensé que esto podría suceder, que tendría que decirle a una familia: ‘No, no podemos llevar a su familiar’”.
Continental reporta alrededor de 30 retiros de cuerpo al día, cifra que significa el séxtuple de su promedio en un contexto sin pandemia.
Según Bob Achermann, director ejecutivo de la Asociación de Directores Funerarios de California, la mayoría de trámites posteriores a la muerte de una persona (como embalsamamiento de cuerpos y la obtención de certificados de defunción) se han ralentizado. Durante los momentos normales, la cremación puede ocurrir dentro de uno o dos días; ahora toma al menos una semana o más, afirmó el funcionario.
El condado de Los Angeles, epicentro de la crisis en California, superó las 10.000 muertes por COVID-19. Los hospitales de la zona están abrumados y tienen dificultades para mantenerse al día con lo básico, como el oxígeno, ya que tratan a un número sin precedentes de pacientes con problemas respiratorios.
Estados Unidos comenzó el 2021 superando los 20 millones de casos de COVID-19. La primera economía del mundo ha fracasado en sus esfuerzos por controlar el virus, que sigue expandiéndose rápidamente por el país y ya ha causado más de 346.000 muertes, el mayor balance nacional de fallecimientos con diferencia.