Las autoridades chinas dieron luz verde a la comercialización de una de las vacunas contra la COVID-19 desarrolladas en el país, la de Sinopharm y su subsidiaria Instituto de Productos Biológicos de Beijing.
Ambas compañías solicitaron ayer mismo la autorización a la Administración Nacional de Productos Médicos (NMPA) tras informar que la eficacia de la vacuna era del 79,34 %, según datos provisionales derivados de la fase 3 de ensayos clínicos.
En una rueda de prensa celebrada en Beijing este jueves, el número dos de la NMPA, Chen Shifei, explicó que la institución llegó a la conclusión de que “los beneficios conocidos y potenciales de esta vacuna superan a sus riesgos conocidos y potenciales” y que cumple con los estándares marcados para la aprobación condicional de su comercialización, reseñó EFE.
La condición es que Sinopharm siga llevando a cabo sus ensayos clínicos con arreglo a los plazos acordados y enviando los datos recabados a las autoridades médicas del país para su verificación y registro final.
Chen explicó que, según las leyes locales, se puede aprobar de forma condicional una vacuna cuando son “necesarias urgentemente para responder a grandes emergencias sanitarias públicas”.
El anuncio de los resultados de la fase 3 de pruebas, efectuado este miércoles 30 de diciembre, no aportaba datos como el número de participantes que sí contrajeron el virus o los efectos secundarios reportados.
En la rueda de prensa tampoco se aportaron esos datos, que serán publicados “más adelante en publicaciones médicas chinas y de otros países”, según Wu Yonglin, presidente de CNBG —subsidiaria de Sinopharm de la que depende el Instituto de Productos Biológicos de Beijing—.
Wu aseveró que las pruebas se llevaron a cabo con estándares “que superan a los existentes, incluso a los de la OMS (Organización Mundial de la Salud)”. Aunque China dé su visto bueno hoy a la salida al mercado del suero, ya se aprobó en junio la utilización de varias de las candidatas a vacuna desarrolladas en el país para ser administradas en casos “de urgencia”, es decir, en personas altamente expuestas a riesgo de contagio.
El subdirector de la Comisión Nacional de Sanidad, Zeng Yixin, reveló hoy que entre esa aprobación y noviembre se administraron más de millón y medio de dosis de las vacunas.
Tras ello, el pasado 15 de diciembre, China inició una campaña más ambiciosa de vacunación a grupos de riesgo, y desde entonces se han inyectado otros tres millones de dosis.
Con información de EFE.