Manuel Merino, el jefe del Congreso que asumió la presidencia de Perú tras impulsar la destitución del mandatario Martín Vizcarra, renunció este domingo 15 de noviembre en medio de multitudinarias protestas en su contra, cuya represión dejó dos muertos y un centenar de heridos.
Luego de una llegada al poder que sorprendió a los peruanos y agitó los temores de los mercados, Merino —centroderechista— quedó arrinconado tras cinco días de protestas protagonizadas por miles de indignados en el país, principalmente jóvenes.
La represión policial, que alcanzó niveles desproporcionados por los disparos de perdigones y canicas a manifestantes pacíficos, marcó a fuego su breve y polémica gestión.
Manuel Merino ignoró las protestas y su número dos, el jefe de gabinete, Ántero Flores-Aráoz, había descartado que diera un paso al costado. Pero la situación se hizo insostenible cuando el sábado en la noche el nuevo jefe del Congreso, Luis Valdez, lo instó a renunciar de inmediato.
Tras dos décadas en un segundo plano, en las que fue representante ante el Congreso de la región norteña de Tumbes, la más pequeña de Perú y fronteriza con Ecuador, Merino salió del anonimato en septiembre al impulsar un primer proceso de destitución contra Vizcarra que no prosperó.
Como jefe del Congreso, Manuel Merino era el primero en la línea de sucesión en Perú, que no tiene vicepresidente. Su gobierno de facto duró apenas cinco días, un período breve y sangriento como el de otros dos políticos sudamericanos. A continuación explicamos cuáles:
El 23 de diciembre de 2001, el abogado y político peronista argentino fue elegido por la Asamblea Legislativa como presidente interino de la Nación Argentina, tras la renuncia de Fernando de la Rúa en el marco de la crisis económica, política y social en curso.
La decisión se produjo tras la reunión que el presidente celebró con los gobernadores provinciales peronistas, que le impusieron un nuevo Gobierno y a los que Rodríguez Saá acusó de anteponer los intereses personales a los de la nación.
Con escaso apoyo político y partidario, Rodríguez Saá presentó su dimisión tan solo una semana después de haber asumido, el 30 de diciembre. Después de su efímera presidencia, el político y su hermano se manifestaron como opositores al gobierno de Néstor Kirchner dentro del peronismo.
Rodríguez Saá justificó su renuncia al cargo ante la falta de apoyo de los gobernadores provinciales peronistas con los que había celebrado una reunión en Chapmalal, a 400 kilómetros de la capital.
Sometido a las críticas y reproches de los caudillos territoriales peronistas que le acusaron de haber cometido “graves errores” en solo siete días, el presidente provisional se excusó en la necesidad de tratar de dar respuesta inmediata a las demandas y admitió que se “apresuró” en algunos anuncios.
El economista y empresario venezolano ejerció como presidente de facto durante 47 horas en los sucesos ocurridos entre el 11 al 13 de abril de 2002. Ha sido el presidente con el menor tiempo en el poder Ejecutivo de Venezuela.
Pedro Carmona usurpó el poder al recibir el apoyo de un grupo de militares y civiles afines a su causa con quienes buscó una supuesta transición democrática y una unidad nacional, mediante la implementación del llamado ‘Decreto Carmona’.
Tras juramentar como jefe de Estado, restituyó la Constitución de 1999, derogando las 49 leyes habilitantes decretadas por Chávez en el marco de la Ley Habilitante. Sin embargo, no habían pasado 24 horas cuando un movimiento cívico-militar presionó para que el gobierno de Hugo Chávez volviera al poder y encarcelaran a Pedro Carmona, a quien a las pocas horas le dieron arresto domiciliario.
Carmona logró huir y llegó hasta la embajada de Colombia en Caracas, en donde se refugió hasta cuando pudo viajar a este país, que le otorgó asilo político vigente en la actualidad.