Cuba es uno de los países con menor índice de casos de coronavirus en la región, con un total de 3.582 infectados acumulados. Aunque el Gobierno ha acusado que el bloqueo económico los ha afectado en su lucha contra la pandemia, esto no ha sido impedimento para que anunciaran que se encuentran desarrollando su propia vacuna antiCOVID-19, la cual iniciará sus ensayos clínicos.
Según el informe del Ministerio de Salud Pública de Cuba, la cifra de muertos llegó el viernes 21 de agosto a 89 casos. La reciente noticia de la vacuna Soberana 01, ha propiciado que el país dirigido por Miguel Díaz-Canel vuelva a aparecer en el foco del interés mundial, tanto por su industria farmacéutica como por saber cuáles son las medidas que ha adoptado para contener a la pandemia del coronavirus.
El pasado 21 de mayo, el diario oficial cubano Granma informó sobre las duras expresiones del diplomático nacional Carlos Fernández de Cossío, quien afirmó que el bloqueo económico impide enfrentar de manera óptima la pandemia.
“Garantizar los insumos que requiere el país para enfrentar la pandemia de la COVID-19 ha tropezado con las sanciones de Washington, que ha argumentado, tratando de ocultar la barbarie, la posibilidad de solicitar una licencia del Departamento del Tesoro”, dijo Fernández ante la prensa.
Para funcionarios de Cuba, el bloqueo económico que vienen acusando desde la revolución de los años sesenta ha perjudicado también su desarrollo científico. Un estudio publicado en 2013 por la Revista Habanera de Salud Pública y registrada en la base de datos de Scielo así lo indica.
Según la publicación, el bloqueo impide la llegada de insumos desde Estados Unidos para la investigación y formación de los médicos cubanos en las universidades. A ello se sumarían las limitaciones al acceso de bases de datos que sirven para las investigaciones.
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Cuba se ubica como el país 114 más afectado por la pandemia según los registros de la plataforma WorldMeters. Para afrontar la emergencia sanitaria, el Gobierno no empleó el aislamiento social obligatorio en toda la isla, sino que lo hizo en determinadas partes.
Según un informe de EFE, las personas que creían haberse contagiado podían acudir a los centros para potenciales enfermos de COVID-19. En el lugar, recibían atención para fortalecer su sistema inmunológico. Por su parte, estudiantes de Medicina fueron casa por casa buscando personas que presenten los síntomas.
Cuba llegó a realizar 800 pruebas por día en el primer mes de la pandemia. Esta medida fue calificada como “agresiva” por la Organización Panamericana de la Salud. Sin embargo, los efectos de la pandemia habrían rebasado al sistema de salud.
La BBC detalla que no todos los pacientes con síntomas de COVID-19 eran atendidos al instante, ya que pasaban más de una vez por los centros de atención no especializados por falta de camas en los hospitales donde sí se atendía a los contagiados.
A estas dificultades del pueblo cubano se sumaría el abuso de las autoridades. Según el citado medio, la Policía habría estado ejerciendo control no solo en el orden de las aglomeraciones, sino también evitando que periodistas locales registren la situación en las calles.
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La isla socialista también ha mostrado su solidaridad con países como Italia o Perú, y decidió enviar grupos de apoyo médico para hacerle frente a la pandemia. Cabe precisar que el recurso humano en el sector salud de los cubanos es de 9 médicos por cada 1.000 habitantes.
El último Anuario Estadístico de 2018 señala que, en total, los cubanos cuentan con 492.000 personas que operan en el sistema de Salud. Esto incluye a 95.000 médicos y 85.000 enfermeros. La formación de estos profesionales es gratuita y pública.
Otra de las medidas que está impulsando la comunidad científica en Cuba es el desarrollo de una vacuna, al igual que algunos países de América. Las pruebas de ensayo clínico de Soberana 01, como ha sido denominado este posible antídoto, comenzarán este lunes 24 de agosto.
Cuba envió médicos a diferentes países del mundo.
El laboratorio Finlay de Vacunas será el encargado de los ensayos clínicos. La primera fase de pruebas involucrará a 600 personas entre los 19 y 80 años. Se espera que la segunda etapa comience a mediados de septiembre.
En tanto, el gobernador de la isla, Miguel Díaz-Canel, mostró su entusiasmo con respecto a los avances en el desarrollo de la vacuna. “Estoy seguro que lo lograrán”, escribió en su cuenta de Twitter el pasado 11 de agosto.
Por su parte, el director de la Organización Panamericana de la Salud en Cuba, José Moya, resaltó este 18 de agosto que el país desarrolla el 80% de las vacunas usadas en el Programa Nacional de Inmunización de Chile. Esta experiencia, a su parecer, demostraría su “capacidad de producción de vacunas”.