El presidente de Filipinas, Rodriego Duterte, anunció este martes que aceptó la propuesta de Vladimir Putin sobre la suministración gratuita de la vacuna rusa cuando esté disponible. Además, indicó que sería el primero en vacunarse públicamente.
“Cuando la vacuna llegue, me la inyectaré en público. Experimenten conmigo, me parece bien. Si funciona conmigo, funcionará con todos”, señaló Duterte en un discurso televisado, tal como recoge Reuters.
Filipinas encabeza las cifras de contagios de COVID-19 en el Sudeste asiático. Solo el lunes 10 de agosto registró casi 7.000 nuevos casos, un nuevo récord diario desde el inicio de la pandemia. De esta forma, llegó a las 136.638 infecciones y 2.293 muertes.
Cerca del 60 por ciento de nuevos casos se registraron en la región de la capital conocida como Gran Manila. La zona fue puesta en estrictas medidas de cuarentena hasta la próxima semana. La viceministra de Sanidad, Maria Rosario Vergeire, indicó que el impacto de estas pueden tardar en manifestarse. “Puede que tarde tres semanas en verse”, afirmó.
A la vez, 633 personas se recuperaron en las últimas 24 horas, mientras los casos activos por la enfermedad ascienden a 66.186. Estos últimos incluyen a los pacientes infectados recientemente y a los que se encuentran en hospitales o cumpliendo cuarentena en sus domicilios.
Filipinas superó a Indonesia la semana pasada como el mayor país con número de casos de coronavirus en la región. Además, sobrepasó el balance por la infección en China, donde se originó el brote en diciembre.
El primer caso fue el de una mujer china que llegó a suelo filipino a finales de enero desde la ciudad de Wuhan. Desde entonces, las autoridades implementaron medidas para contener el virus.