Este martes, la Corte Suprema estadounidense encaminó la pena de muerte federal para Daniel Lewis Lee, un supremacista blanco, quien asesinó a una familia de tres personas, incluida una menor de edad en 1996. Su ejecución estaba programada para el lunes 13 de julio, pero un juez federal bloqueó la orden.
La corte suprimió una orden que bloqueó la ejecución de Daniel Lewis Lee, y de otros tres condenados, el pasado lunes. La razón del magistrado para suspender la pena capital fue citar los desafíos actuales al protocolo de inyección letal del gobierno federal.
Por otra parte, el juez Stephen Breyer, en comunicación con CNN, se mostró a favor de dichas penas. “La reanudación de las ejecuciones federales promete proporcionar ejemplos que ilustran las dificultades de administrar la pena de muerte de conformidad con la Constitución”, expresó.
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Sin embargo, para Earlene Peterson, quien perdió a su hija, nieta y yerno a manos de Daniel Lewis Lee, se ha negado a la sentencia de muerte para Lee. Expresó que no sabía cómo la ejecución honraba la memora de su hija. “No es lo que ella hubiera querido”, expuso Peterson.
Cabe precisar que Daniel Lewis Lee no actuó solo. Chevie Kehoe es el nombre de su cómplice, con el cual buscaba generar una revolución aria en Estados Unidos. El fin de estos homicidas era ejecutar a personas para luego robarles sus pertenecías y venderlas. Con lo recaudado, financiarían una esta “supuesta revolución étnica”.