El opositor Luis Abinader ganó las elecciones presidenciales del domingo en República Dominicana realizadas en plena pandemia de COVID-19, un viraje político que pone fin a 16 años en el poder del centroizquierdista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Este hombre de negocios conducirá el gobierno de República Dominicana por los próximos cuatro años, con el doble desafío de reactivar la economía tras el golpe de la pandemia del nuevo coronavirus y enfrentar la desconfianza ciudadana luego de escándalos de corrupción como el del gigante brasileño Odebrecht.
Hijo de José Rafael Abinader, fallecido dirigente que durante su juventud luchó contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo (1930-1938 y 1942-1952), el presidente electo acabará con 16 años en el poder del centroizquierdista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) del mandatario saliente, Danilo Medina.
¿Su promesa? “Un gobierno honesto y transparente que sirva para lograr el desarrollo de República Dominicana”.
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Con su triunfo en las elecciones presidenciales en este país de 10,5 millones de habitantes, Abinader deja atrás una larga cadena de tropiezos.
Deseaba ser senador en 2005. Sin embargo, no pudo.
Aspiraba a ser vicepresidente en 2012, cuando se postuló como mano derecha del exgobernante Hipólito Mejía (2000- 2004), pero perdieron ante Medina y el PLD.
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Regresó al ruedo político en 2016, entonces como candidato presidencial contra Medina, y nuevamente volvió a quedarse corto en las urnas.
El presidente electo llegó donde no pudo su padre, quien ocupó numerosos cargos públicos después del fin de la dictadura de Trujillo y alcanzó un escaño como senador a finales de la década de 1990, en una trayectoria en la que se postuló tres veces como candidato presidencial.