Un recién nacido en la ciudad de Norwich (Reino Unido) se convirtió en el primer bebé del mundo en obtener un medicamento derivado del cannabis, en un ensayo que aplican para ayudar a los neonatos con una afección que puede provocar daño cerebral.
Oscar Parodi, nacido el 11 de marzo en el hospital universitario Norfolk y Norwich, vino al mundo con encefalopatía hipóxico-isquémica y necesitaba ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde recibió terapia de enfriamiento durante 72 horas.
“Después del nacimiento me contactaron para participar en este estudio y consulté a mi madre y a mi hermano que se está entrenando para ser un paramédico”, contó su madre, Chelsea Parodi, al diario local The Guardian. Al final dio su aprobación.
La encefalopatía hipóxico-isquémica es una lesión de nacimiento causada por falta de oxígeno y un limitado fluido de sangre, desde la placenta al cerebro del bebé, al momento del parto. Puede causar trastornos cognitivos y parálisis cerebral.
Este tratamiento experimental con cannabis busca ayudar a los bebés que corren estos riesgos. El profesor Paul Clarke, un neonatólogo consultor del hospital universitario Norfolk y Norwich, se mostró optimista aunque todavía no se sabe con claridad si es un método seguro.
“Esta es la primera vez que un medicamento derivado del cannabis se prueba por vía intravenosa en bebés humanos. Se espera que sea bueno para prevenir las convulsiones y proteger el cerebro de los recién nacidos con HIE (como se le llama en inglés a la encefalopatía hipóxico-isquémica)”, dijo.
El medicamento ya se usa para tratar a niños con formas raras de epilepsia, pero es la primera vez que se usa para intentar prevenir las convulsiones en un bebé con encefalopatía hipóxico-isquémica.
“Fue difícil pero quería hacer todo lo posible para ayudar a mi bebé. Oscar estuvo en el hospital durante nueve días y lo vigilaron las 24 horas, los siete días de la semana”, añadió la madre. El miércoles 27 de mayo declaró que el infante estaba “fantásticamente bien”.
Un segundo niño, nacido en abril en el centro médico, también forma parte del estudio. Se prevé que el experimento dure un año y se desarrolle también en otras unidades neonatales de cuidados intensivos del Reino Unido.