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“No tengo cómo alimentar a mis nietos": mujer venezolana llora por un balón de gas

La crisis en Venezuela se ha intensificado aún más con la pandemia del coronavirus. El país sudamericamo se encuentra en una profunda escasez de gas y gasolina, por lo que miles de personas se ven obligadas a hacer largas colas para abastecerse.

larepublica.pe
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Desde tempranas horas de este martes, venezolanos exigen la reposición de balones de gas en la planta de llenado de PDVSA Gas, ubicada en la península de Macanao en el estado Nueva Esparta, región insular de Venezuela.

Videos difundidos a través de redes sociales muestran a un gran número de personas aglomeradas, pese a las medidas de distanciamiento social que hay en país por la pandemia del coronavirus.

La severa crisis económica, política y social que viven los habitantes del país se evidencia en la escasez de gasolina y de gas, así como las fallas en los servicios de energía eléctrica, suministro de agua y productos básicos.

La cuenta regional del partido opositor Un Nuevo Tiempo publicó una serie de grabaciones que reflejan el malestar de decenas de personas ante los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que se encuentran resguardando el recinto.

Una mujer suplica por la reposición de, al menos, un balón de gas para poder darle de comer a sus familiares.

“Cómo no quieres que llore, sin gas no tengo que darle de comer a mis nietos", expresa la señora visiblemente afectada por la situación.

La isla de Margarita es una de las zonas más afectadas por la crisis en Venezuela. Otras ciudades como Maracaibo y Caracas, también se han generado protestas por las fallas en el servicio eléctrico y el suministro de agua en los últimos días.

En Venezuela, el Gobierno de Nicolás Maduro ha reportado 1.177 casos de COVID-19 hasta la fecha. Una cifra que ha sido puesta en tela de juicio por sectores de la oposición así como la publicación del informe realizado por Human Rights Watch el último lunes.

El organismo junto con el Centro de Salud Pública y Derechos Humanos y de Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins detallaron que “la cifra real es seguramente mucho mayor debido a la escasa disponibilidad de pruebas confiables, la total falta de transparencia y la persecución contra profesionales de la salud y periodistas que cuestionan la versión oficial”.

Advirtieron que como consecuencia del hacinamiento en zonas populares y cárceles, así como los problemas generalizados para acceder al agua en hospitales y hogares, es probable que el nuevo coronavirus se extienda con rapidez por el país.