Mientras Colombia vive una emergencia sanitaria sin precedentes por el coronavirus, el personal médico está viviendo ataques en su contra por llevar el uniforme en la calle. Esta semana, una médica estuvo a punto de ser linchada por un pueblo.
La profesional de la salud, que pidió reservar su identidad, está obligada a confinarse en su hogar, pero no lo hace para evitar contagiarse de coronavirus sino para no ser víctima de sus propios vecinos.
Los pobladores de una zona rural en Magangué, Bolívar (Colombia), exigen la salida de la comunidad a la única médica disponible por temor a que ella los contagie con COVID-19, luego de haber viajado a Cartagena.
La médica tuvo que correr a su casa debido a que habitantes la amenazaron con apedrearla luego que se difundiera un falso rumor. “En un semicírculo comienzan a gritarme que me vaya, que me vaya. Había un señor que decía que no respondían por lo que hacían y que me fuera. A lo lejos logré ver unas personas que tenían piedras en las manos”, contó.
Denuncia que, incluso, intentaron bañarla en plena vía pública y que debió buscar a un líder (palabrero) de la comunidad para evitar que la situación llegara a mayores. Tuvo que quitarse el uniforme por temor a ser atacada.
Tras el brutal ataque, la profesional de la salud también advirtió al Gobierno de Colombia sobre las precarias condiciones en las que ella y otros dos compañeros trabajan en su lucha para combatir al nuevo coronavirus.
“Los antibacteriales que llegaron allá no son como tal de marca sino como reenvasados y son más fragancia que alcohol. Nos envían un tapabocas para darle a las personas que asisten”, concluyó la médica muy mortificada.