Hasta antes de las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2018 en México, Andrés Manuel López Obrador se refería a Enrique Peña Nieto como la representación de “la mafia en el poder”. Calificativo que dejó de lado, según afirmó, por su respeto al proceso electoral que se realizaba aquel día.
Una enemistad política que, pese al paso de los años, continúa vigente. Prueba de ello se encuentra en la información presentada por medios locales en la que se afirma que AMLO habría pedido iniciar una investigación a las cuentas y movimientos financieros de su predecesor.
Sin duda, un hecho que tensará la relación existente entre ambos líderes que, luego del retiro de Peña Nieto en la presidencia, se había tornado más cordial. A continuación, presentamos un recuento de los momentos más tensos entre ambos.
AMLO aún era gobernador del Estado de México cuando se decidió presentarse a las elecciones del 2012 y, desde ese entonces su relación con Peña Nieto ya se tornaba escueta.
Fue así que en el 2011, durante una presentación de la constitución de Morena como asociación civil en el Auditorio Nacional, el mexicano tuvo duros calificativos para referirse a su adversario político.
“Candidato supremo del poder oligárquico encabezado por Carlos Salinas de Gortari", dijo en ante un público de más de 10.000 personas.
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Luego del resultado de las elecciones mexicanas del 2012, López Obrador se negó a reconocer el triunfo del candidato del PRI. El político alegó que hubieron irregularidades y violaciones en contra de la ley durante la campaña.
“No voy a reconocer a Enrique Peña Nieto como presidente”, dijo el hoy mandatario quien incluso acusó al Tribunal Electoral de haberse hecho “de la vista gorda” ante sus denuncias.
“Ya estamos viendo que en el gobierno de Peña Nieto ocuparán los puestos más altos, los hombres y las mujeres del más bajo nivel moral”, concluyó tras validarse el proceso electoral en el que ganó Peña Nieto.
Pese a que aún faltaba un año para acabar su gobierno, Enrique Peña Nieto se refirió al proyecto por el que postulaba López Obrador para marcar distancia con su gestión.
“Tengo respeto para su persona, pero no comparto el proyecto que postula, que es muy distinto al nuestro”, fueran la declaraciones con las que rompió su silencio sobre su adversario político en el 2017.
Pero eso no fue todo, ya que ese mismo año el entonces jefe de Estado mostró su preocupación sobre el desarrollo del país con la posible llegada de AMLO al poder.
“Han dicho que es muy parecido, que su fórmula es muy parecida y que les preocupa que, el día de mañana, ese discurso prospere y que el día de mañana, México, en vez de avanzar, como ha ocurrido en los últimos 25 años, se parezca a lo que hoy es Venezuela”, concluyó.
En el 2014, Andrés Manuel López Obrador presentó ante la Procuraduría General de la República de México una denuncia formal contra el expresidente Enrique Peña Nieto por el cargo de traición a la patria.
De acuerdo a esta demanda, el exmandatario habría violado el Artículo 123 del Código Penal Federal de atentar contra la soberanía nacional y poner en riesgo el territorio mexicano a través de la Reforma Energética que solo beneficiaba a empresas extranjeras.
Al asumir la presidencia, López Obrador aclaró que su gobierno sería muy diferente al de su predecesor y, pese al trato cordial entre ambos, anunció un cambio de raíz.
“Lo dije en otras ocasiones, lo repito ahora, va a haber un cambio radical. Lo que vamos a hacer todos lo mexicanos es arrancar de raíz el régimen corrupto”, informó en referencia a la gestión de Peña Nieto.