Un ciudadano chino fue detenido en la localidad bonaerense de Zárate, Argentina, por negarse a cumplir con la cuarentena obligatoria de 14 días para evitar el contagio del coronavirus tras haber regresado de viaje.
El dueño de un supermercado fue descubierto porque sus hijos les revelaron a sus profesores en el colegio que su padre recién había llegado de China, pero no estaba aislado. En un acto irresponsable abrió su negocio y estuvo en contacto con clientes y familiares.
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Inmediatamente, los docentes avisaron a la municipalidad de Zárate lo que estaba sucediendo y activaron el protocolo por el coronavirus. Cuando las autoridades llegaron al supermercado, el ciudadano chino no estaba porque se había escapado para no acatar el aislamiento.
El hombre apareció horas después e insistió en no aislarse, pero la Policía tomó cartas en el asunto, lo detuvo y lo trasladó a su domicilio junto con su esposa e hijos. Actualmente, la familia permanece custodiada.
Sucedió según lo estipulado por el Gobierno argentino en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que establece la cuarentena obligatoria de 14 días para descartar el coronavirus. El incumplimiento del aislamiento es un delito.
“La persona que se resiste o desobedece a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones será reprimido con prisión de quince días a un año”, según el artículo 239 del Código Penal de Argentina.
Las penas que estableció el DNU son las previstas en el Código Penal para quienes propaguen una enfermedad peligrosa y contagiosa.
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violase las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”, se estipula en el artículo 205.