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“Casi gano la batalla contra el virus”

Testimonios. Un fotógrafo italiano, un turista norteamericano y una ciudadana china relatan su experiencia cercana contra la enfermedad. Sus experiencias dejan valiosas enseñanzas para quienes empezamos a enfrentar esta emergencia.

larepublica.pe
Valor. Fotógrafo Luigi Tommasini fue uno de los más de 9 mil infectados por el virus en Italia. Ha resistido el embate del mal.

Luigi Tommasini: “Ya no respiraba, pero hoy me voy a casa”

Fotógrafo en Italia

"Puedo sanar, pero he visto el infierno. Soy Luigi Tommasini, napolitano, residente en Casalpusterlengo. Fui enviado a casa tras seis días en el hospital del municipio de Lodi. Les aseguro que después de siete días de fiebre muy alta en casa, no podía aguantar más: no podía respirar. A mis 59 años, fotógrafo profesional (trabajo en el periódico local Il Cittadino) y contraje el virus en el hospital Codogno. Estaba allí para verme un hombro operado. Y ese maldito virus debe haberme atacado allí mismo: el 24 de febrero empecé a sentirme mal, tenía tos y fiebre que no quería desaparecer. Llegué a 39, duré casi una semana tratando de curarme. Al final estaba tan enfermo que el 2 de marzo se hicieron cargo de mí. Y me enviaron a Lodi.

Lo que vi me sorprendió. Como fotógrafo de noticias, estoy acostumbrado a las peores escenas, pero lo que vi en Maggiore es lo de un puesto avanzado de guerra. Las personas enfermas se estiraban en una camilla por todas partes. Esperé el resultado en una habitación secundaria con otras dos personas enfermas. Afortunadamente, mis pulmones no estaban tan comprometidos y fui hospitalizado sin estar entubado, pero con antibióticos. El personal en Lodi está realmente peleando una guerra.

Casi ya gano mi batalla contra el virus. Regresaré a Casalpusterlengo, en un departamento donde estaré solo otros diez días. Entonces ya podré abrazar a mi esposa e hijos".

Carl Goldman: “Me infecté en medio de un crucero”

Turista, en California

"Tengo unos 60 años. Me contagié el virus en el Diamond Princess, el crucero que estuvo en cuarentena en las afueras de Yokohama, Japón, durante 14 días, al final de una navegación de 16 días que hice con mi esposa, Jeri. Cuando dejé el barco hace un par de semanas, me sentí bien. Cuando despegamos de Tokio tuve un poco de tos, me sentía muy cansado, me quedé dormido. Cuando me desperté, tenía fiebre. Me dirigí a la parte trasera del avión de carga, donde la Fuerza Aérea había establecido una zona de cuarentena acordonada con láminas de plástico. Me tomaron la temperatura. Tenía más de 39,4 grados. Así que me senté en el área de cuarentena y me volví a dormir hasta California.

Llegamos el 17 de febrero a un lugar de cuarentena en el hospital de la Universidad de Nebraska. En el campus del hospital, me pusieron en una unidad de biocontención. El espacio estaba sellado. Dos cámaras me vigilaban en todo momento. La habitación se había utilizado por última vez para el brote de ébola en 2014.

Un médico y enfermeras revisaron mi caso y me hicieron un montón de pruebas de laboratorio. Cuando la prueba regresó unas horas después, no me sorprendió saber que tenía el coronavirus. No me asustó demasiado. Mi esposa, sin embargo, dio negativo y se dirigió a la cuarentena en una instalación separada a unas pocas cuadras de distancia.

En mi prueba más reciente, del jueves, sigo dando positivo para el virus. Pero, por ahora, no requiero mucho cuidado médico. Las enfermeras me toman la temperatura dos veces al día y me sacan sangre, porque he aceptado participar en un estudio clínico para tratar de encontrar un tratamiento para el coronavirus. Si doy negativo tres días seguidos, entonces puedo irme".

Vivian Liyi: “Llevo más de un mes en cuarentena”

En vigilancia, en China

"Hasta ahora llevo más de un mes en cuarentena. Para todos los chinos, y yo soy china, es un momento difícil y muy complicado. La realidad es que la población china ha luchado tanto y ha hecho tantos esfuerzos que la situación actual aquí es cada día mejor. Conforme pasan los días, el número de personas contagiadas desciende y el número de fallecidos es menor, mientas que más y más gente, una vez recuperados, abandonan el hospital.

De momento, el contagio está siendo controlado relativamente a pesar de que aún existe el riesgo de que pueda repetirse con la gran migración de trabajadores chinos a las grandes ciudades. Como se sabe, la proliferación del coronavirus se produjo al mismo tiempo que el Año Nuevo Chino.

Desde entonces, el Gobierno cerró las rutas de entrada y salida a los lugares más afectados. Hasta ahora, la cuarentena estricta de 14 días ha resultado ser una manera eficaz de frenar el coronavirus. No debemos olvidar una cosa importantísima, hay mucha gente portadora del virus y que no tienen síntomas en el período inicial. No podemos saber quién puede estar infectado por el virus, puedes estar reunido con otras personas sin saber que eres portador y contagiar a los demás.

El país está estancado por la epidemia. Los restaurantes, cines, tiendas, tienen sus puertas cerradas. La paralización de fábricas hace que los dueños de pequeñas y medianas empresas sufran grandes pérdidas. Todo esto tiene un fin, frenar la epidemia. Hambruna, guerra y epidemia son los tres grandes retos de la humanidad. Lo que no mata, nos hace más fuerte.

Pero antes de empezar una guerra, hay que conocer bien al enemigo, aprender de las lecciones y experiencias de los que ya la sufrieron antes y tener mucho cuidado".