AFP y EFE
La cantidad de fallecidos por el coronavirus en Italia ascendió a 366 el domingo. De estos, 133 se registraron solo en 24 horas, informó la dirección de Protección Civil. Con ello, el país pasó a ser el segundo más afectado en el mundo por la epidemia, después de China.
La gran mayoría de los casos fueron registrados en Lombardía, tanto en número de infectados como de muertos. La noticia de este último balance toma por sorpresa al gobierno, que acababa de disponer una medida de confinamiento para 16 millones de personas, equivalente a la cuarta parte de la población total de Italia.
La decisión de la cuarentena obligatoria fue establecida mediante decreto el domingo, con el fin de intentar frenar el avance del coronavirus. La vigencia de la medida será aplicada hasta el 3 de abril, anunció el primer ministro Giuseppe Conte.
La norma aísla prácticamente y paraliza a una zona que incluye toda la región de Lombardía y otras 14 provincias del norte del país. Otras acciones asumidas por el gobierno italiano incluyen el cierre de escuelas, gimnasios, museos y clubes nocturnos. Se estipula también la prohibición de todo evento cultural, deportivo y religioso.
Dichas disposiciones fueron elogiadas por el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, quien las calificó como “audaces y valientes para frenar la propagación del coronavirus”. “Hacen verdaderos sacrificios”, escribió en Twitter.
La capital económica de Italia ha tomado la excepcional medida como algo angustiante. Milán se encontraba casi desierta el domingo. La poca gente que se atrevió a salir a la calle respetaba la distancia de más de un metro y las plazas y las estaciones lucieron apacibles.
El panorama dejó a los pobladores con incertidumbre y preocupación acerca de su situación. Otros aprovecharon para abandonar la ciudad.
"Quisiera saber si estoy contagiada, que me hagan los análisis y saber si tengo ese huésped indeseado que ocupa nuestras casas, mentes y vidas", expresa Pina Antinucci, una residente.
Las visitas a las prisiones italianas también fueron prohibidas por el gobierno para intentar frenar la propagación del COVID-19. Sin embargo, la orden provocó que los reclusos de cuatro de estos centros se alzaran en protesta. Las demandas en contra de la medida fueron realizadas en las cárceles de Módena, Nápoles Poggioreale, Frosinone y Alejandría.
Horas después del incidente, el grupo de defensa de derechos en los penales, Antigona, indicó que un presidiario de Módena falleció en circunstancias poco claras.
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