Se busca responsable. El feminicidio de Fátima sigue alimentando la indignación de todo México, a esto hay que sumarle el juego de ping pong que han protagonizado tanto las autoridades políticas, fiscales y hasta educativas, mientras se realizan las pesquisas.
A estas alturas, la historia del cuerpo de una pequeña encontrado en una bolsa de basura, a unos 3 kilómetros de su escuela, el pasado 15 de febrero e identificada como Fátima un día después, ya es de conocimiento público en todo México. Vamos paso a paso y tratemos de identificar este enredo, principalmente administrativo.
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La foto de Fátima descansa sobre su ataud. (Foto: Reuters)
Lo que se sabe a ciencia cierta es que la menor asistió a clases a su escuela y todas las tardes era recogida por su mamá. Sin embargo, ante una demora de 20 minutos; los encargados del recinto educativo prefirieron dar a la menor a una persona que no tenía relación alguna con ella. Tras su desaparición, los padres asistieron a interponer una denuncia; pero aquí también encontraron trabas.
Por su parte, las distintas autoridades de las instituciones implicadas han dado un sinnúmero de explicaciones que hasta el momento dan cuenta de su actuar omiso, al principio del caso.
Ante la evidencia, la gobernadora de Ciudad de México, Claudia Sheinbaun, admitió que “hay una cadena de negligencias en instituciones”. La posibilidad de cambiar las reglas si es viable, según la funcionaria pero “se debe esclarecer el caso, desde el principio hasta el final”.
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Fátima estudiaba en la escuela primaria Enrique C. Rébsamen en el turno de la tarde, cursaba el primer año.
Su madre, María Magdalena Antón, era la encargada de recogerla todos los días a las 18:30 hrs. para llevarla a casa; pero el martes 11 de febrero ella no pudo llegar a la hora fijada debido a un retraso.
Imágenes detallan el momento de su desaparición. (Foto: twitter)
Desde ese día se tejieron muchas versiones en cuanto a su paradero. Las primeras apuntaban a un hombre adulto como el responsable de su desaparición, luego de que los maestros de la primaria Rébsamen la dejasen en la calle. El lunes, se corroboró mediante el acceso a los videos de vigilancia, de las calles aledañas a la escuela, que en realidad quien se llevó a Fátima era una mujer de 45 años.
Un día después, tanto la alcaldesa Sheinbaun y Luis Ernesto Fernández, Jefe de los servicios de Educación Públcia en CDMX, dijeron que la niña nunca estuvo en la calle y que fue entregada a esta persona por algún integrante de la comunidad educativa de Enrique Rébsamen.
Ante ello, Fernández dijo que se investigará el actuar de las autoridades educativas que entregaron a la menor a una persona no autorizada, pues según las normas hay una tolerancia de 20 minutos para que un alumno sea recogido tras la salida, o de lo contrario debe ser custodiado a una fiscalía.
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Velorio de Fátima el pasado lunes. (Foto: Debate)
En un primer momento la familia acudió a una fiscalía regional para denunciar la desaparición, pero fueron informados que debían pasar 72 horas para investigar el caso. Esta afirmación se encuentra en investigación.
Al no recibir respuesta positiva, los padres terminaron en la Fiscalía Especializada en Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas, desde aquí se pudo emitir una Alerta Amber con la foto y los datos de la niña.
La ficha de desaparición fue distribuida por los propios familiares de la menor. (Foto: Asociación Mexicana de Niños Desaparecidos)
Pero la ficha de su desaparición no fue compartida en las principales redes sociales de las instituciones de Ciudad de México, sino que tuvo que ser la familia la que se encargó de la impresión y distribución de las mismas por cuenta propia.
Es aquí donde Claudia Sheinbaun ha reconocido la existencia de una “cadena de negligencias” que, en primer lugar, “tiene que ver desde la escuela y la primera denuncia”; pero también involucra a los ministerios públicos y la Fiscalía General, y cómo se afrontó el caso.
Claudia Sheinbaun, gobernadora de CDMX, admite una "cadena de negligencias". (Foto: Expansión Política)
La gobernadora de Ciudad de México señala que los errores cometidos deben ser identificados “desde el momento en que ocurre (la desaparición) hasta el momento en que se encuentra el cuerpo de Fátima”. Asimismo ha dicho que desde ahora la alerta Amber será activada inmediatamente tras detectarse la desaparición de una menor.
En tanto la fiscal general Ernestina Godoy informó que habrá una “investigación detallada” de cómo procedieron las diversas autoridades al recibir la denuncia de desaparición de Fátima. Hasta este martes se tenían identificados de 10 a 12 funcionarios.
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El lunes salió a la luz un informe del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Ciudad de México en el que se señalaba que desde hace 5 años había dos denuncias por malos tratos sobre Fátima.
El primer reporte data de noviembre de 2015, cuando la pequeña de iniciales F.C.A.A., fue registrada por problemas en el círculo familiar, descuido y maltrato emocional. La acusación la hizo “un familiar cercano”. El caso cerró en 2016, tras intervención de trabajadoras sociales con la niña y su madre.
María Magdalena Antón, madre de Fátima. (Foto: Debate)
Un año después, en 2017, Sonía López -Tía de la menor- volvió a reportar “que existía descuido y negligencia generado por la progenitora y padrastro, y solicitó orientación para el proceso de guarda y custodia de sus sobrinos”.
El DIF aseguró que le proporcionaron la información solicitada y después de eso no hubo más comunicación.
A esto hay que sumar los rumores de un posible trastorno mental de parte de la progenitora de Fátima. Al respecto, Sonia López -tía de la menor- afirmó que María Magdalena padecía de un problema de salud mental que no fue atendido y que esta situación la puso en un entorno vulnerable a su sobrina.