Reynhard Sinaga, de 36 años, ha sido condenado a cadena perpetua en Inglaterra, luego de haberse comprobado el abuso sexual de casi 200 víctimas, a quienes invitaba a su casa, y los drogaba con una sustancia llamada “GHB” para violarlas.
El modus operandi de Sinaga consistía en esperar a sus víctimas en los exteriores de clubes nocturnos en la ciudad de Mánchester, Inglaterra, y usando sus tácticas de persuasión se las ingeniaba para llevarlas a su departamento y someterlas a sus perversas intenciones.
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Más conocida como la droga de violación, GHB (gamma-hidroxibutorato), es un estupefaciente que comúnmente la comunidad homosexual y heterosexual lo utiliza como una sustancia recreativa. También es usada para facilitar la actividad sexual entre dos o más compañeros.
Una encuesta reciente en Reino Unido reveló que los violadores usan el GHB para dejar inconscientes a sus víctimas y agredirlos sexualmente. Dicha sustancia tiene similitud con otra llamada HBL (gamma-butirolactona), pero esta es legal y la venden industrialmente que, cuando ingresa al cuerpo, se transforma en GHB.
Ambas son conocidas como drogas “G” y están disponibles en forma de líquido, inoloro y aceitoso que fácilmente puede diluirse en refrescos y otras bebidas, antes de consumirse.
Los distribuidores venden dosis de la droga por un euro. (Foto: Internet)
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Las drogas “G” desarrolla un estado de euforia y un incremento del deseo sexual. Sin embargo, un aumento en la dosis, puede resultar fatal. “Es una droga que supone un alto riesgo cuando las personas están de fiesta y la usan para divertirse. Una gota extra de esta droga y a los 20 minutos te quedas inconsciente”, comenta el psiquiatra Adam Winstock, fundador de Global Drug Survey.
La evidencia presentada durante el juicio a Sinaga indica que drogaba a los hombres con bebidas. (Foto: policía de Mánchester)
Sinaga, originario de Indonesia, era un “eterno estudiante” que vivió durante más de siete años a solo dos cuadras de los principales centros nocturnos y sus objetivos principales eran jóvenes alrededor de los 20 años.
El agresor sexual llevaba a sus víctimas a su departamento y los drogaba hasta la inconsciencia antes de cometer el abuso. (Foto: Internet)