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El caso de la mujer que no puede estar en una misma habitación con su esposo por un trastorno grave

Luego de casarse comenzó su lucha con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), afección que terminó con su matrimonio. Hecho sucedió en Estados Unidos.

La portadora de este trastorno fue identificada como Hana Awwad, quien se mudó a Nueva York, en Estados Unidos, con su esposo para comenzar una vida juntos. Pero en los primeros meses, la mujer comenzó a sentirse prisionera en su habitación, incapaz de tocar a nadie o ser acariciada.

Pero en ese momento no se percataba, la mujer de 39 años padecía de un trastorno obsesivo compulsivo severo (TOC), que cada vez se presentaba con más fuerza, tanto que no podría estar en la misma habitación que su esposo, el dentista Hassan Awwad.

“Fue estresante porque viajábamos constantemente entre Nueva York y Canadá, de donde era Hassan, luego, cada poco mes, volvía a casa para visitar a familiares y amigos en el Reino Unido”, comentó Hana, exmédico pediatra.

Poco a poco el trastorno se apoderaba de ella e incluso las actividades más sencillas se volvieron demasiado complicadas de realizar. “No podía tocar a otra persona o animal, ni permitir que tuvieran ningún contacto físico conmigo”, agregó la mujer.

Los problemas de Hana cada vez se ponían más graves, tanto que sus padres tuvieron que viajar a Estados Unidos para traerla a Liverpool de vuelta. Su familia tuvo que convencerla durante tres semanas para que abandone el alojamiento.

A pesar de regresar a Inglaterra, el asunto del trastorno no mejoró para Hana. La mujer comenta que “fue el peor momento de mi vida. Me sentí como un fantasma, como si estuviera muerto y mirando la vida a través de todos los demás. Vi eventos familiares en videos y teléfonos, pero no pude estar allí y participar”.

El tipo de enfermedad de Hana adopta un perfeccionismo extremo, donde la necesidad desesperada de la ausencia de defectos puede generar depresión y ansiedad. Luego de un año fue diagnosticada con TOC y comenzó con la medicación y la terapia grupal con resultados positivos, ya ahora puede estrechar la mano y hasta acariciar a un gato, conforme detalló The Mirror.