El principal atractivo de los acuarios de Kyoto y Tokio (Japón) no son los pingüinos, sino, el esquema que explica las relaciones de cada uno dentro de su comunidad.
Las autoridades de cada recinto, elaboró un mapa en el que detallan cómo cada animal se vincula afectuosamente con su similar, sin distinguir su sexo, grado de parentesco o si se encuentra en una relación.
“Queremos que más personas sepan que los pingüinos son como nosotros los humanos; cada uno de ellos tiene individualidad y viven en varias relaciones”, comenta a CNN Travel, Shoko Okuda, una portavoz del Grupo ORIX de los acuarios.
A partir de un detallado análisis, los investigadores encontraron cinco formas de relaciones entre pingüinos.
Hay parejas estables (incluso incestuosas), y amantes, así como relaciones extintas que mantienen a las especies ‘’con el corazón roto’’.
También identificaron vínculos complicados, en donde las aves sobrepasan el límite de la amistad tras aparearse y enemistades acérrimas.
“Lo que está escrito en los mapas se basa en observaciones diarias del personal que cuida a los pingüinos. Al observar cuidadosamente, podrían decir qué pingüinos son parejas o qué parejas están separadas”, puntualiza Okuda.
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Uno de los casos más curiosos es el de los pingüinos Kuruma y Nijou, quienes son padre e hijo, pero pese a ello, copulan entre sí y están enamorados de la misma hembra, Hana.
Así como la que llevan Kama, el más longevo del acuario de Kyoto, y Saya, nieta de su hermana: entre ambos, hay una diferencia de 17 años