La OEA inició este jueves una auditoría de las elecciones del 20 de octubre en Bolivia en medio de choques en las calles entre oficialistas y opositores, que han dejado dos muertos y unos 140 heridos tras la cuestionada reelección del presidente Evo Morales para un cuarto mandato.
“El día de hoy (jueves) inicia esta auditoría, se tiene previsto desarrollar en un tiempo aproximado de dos semanas”, dijo el canciller de Bolivia, Diego Pary, acompañado del jefe de la misión de la OEA, Arturo Espinoza, quien expresó que el grupo hará “un trabajo eminentemente técnico y profesional”.
La revisión del escrutinio por un equipo de 30 técnicos fue acordada entre el gobierno boliviano y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pero la oposición la rechaza y exige la anulación de la votación.
La misión de la OEA revisará cuatro aspectos de los comicios: verificación de cómputos (actas y papeletas), verificación del proceso informático, el componente estadístico y las proyecciones, y la cadena de custodia de la votación.
Una gran pregunta es qué hará la oposición cuando la misión de la OEA entregue su informe final, que será vinculante. “No aceptamos la auditoría en los actuales términos pactados unilateralmente” entre la OEA y el gobierno de Morales, dijo el opositor Carlos Mesa, segundo en los comicios, de acuerdo al escrutinio oficial.
El recuento de votos que hizo el Tribunal Supremo Electoral (TSE) quedó en el ojo de la tormenta al haber utilizado dos sistemas tecnológicos que causaron sospechas por haber mostrado contradicciones, según críticos y opositores.
El primer sistema de conteo rápido sugería que sería necesaria una segunda vuelta entre Evo Morales y Carlos Mesa, pero el segundo (oficial y definitivo) dio al actual mandatario como ganador en primera vuelta con el 47.08% votos, frente al 36.51% de su rival.
De acuerdo a la ley, la diferencia de 10 puntos le permite a Evo Morales, el primer presidente indígena en la historia de Bolivia, seguir gobernando hasta 2025.
Evo Morales insistió este jueves en que la oposición puso en marcha un "golpe de Estado", que "ha fracasado", pero luego propuso una tregua a sus adversarios hasta que la OEA acabe la auditoría.
"A los movimientos sociales, mi pedido: levanten su bloqueo. Y a los hermanos que están en paro en las ciudades: que levanten su paro (para) pacificar el país y esperar los resultados de la auditoría" de los expertos de la OEA, dijo Evo Morales, quien gobierna el país desde 2006.
Sin embargo, esta propuesta fue rápidamente rechazada por el influyente líder regional Luis Fernando Camacho, quien exigió la renuncia del mandatario.
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“Estas medidas no se van a levantar, hasta que el presidente Morales renuncie (pues) no vamos a seguir esperando que el señor Morales siga al mando de este pueblo boliviano”, dijo Camacho, presidente de Comité Cívico de Santa Cruz, la rica región del oriente boliviano y bastión de la oposición.
Previamente, Mesa declaró que "esta movilización debe continuar" hasta doblegar a Morales, pero pidió a sus seguidores que tomen resguardos tras las muertes, el miércoles en la noche, de dos manifestantes opositores que bloqueaban una calle en el poblado oriental de Montero, cercano a Santa Cruz.
Es "imprescindible una investigación inmediata sobre las responsabilidades de quienes son los autores de estas dos muertes, pero no creemos, en absoluto en el Ministerio Público masista" (por el MAS, el partido gobernante), dijo Mesa, un centrista de 66 años que gobernó Bolivia en 2003-2005.
Carlos Mesa exigió a Evo Morales que ordene a sus partidarios levantar los bloqueos de rutas, que impiden la llegada de alimentos a las ciudades.
Los disturbios han dejado también 139 heridos en el país, según la Defensora del Pueblo, Nadia Cruz. Además de Santa Cruz y Cochabamba, hay protestas desde la semana pasada en otros departamentos del país, como Potosí y La Paz.