Cumplieron lo pactado. Desde este miércoles la armada rusa comenzó a patrullar por la frontera sirio-turca para garantizar la retirada de las milicias kurdas y turcas.
Y es que tras el avance del Ejército turco al norte de Siria para retirar a la fuerza a los kurdos y crear una zona segura para repatriar a más de 3 millones de sirios que fugaron de su país luego de explotar una guerra civil, el gobierno de Erdogan decidió hacer un alto el fuego y retirar de la frontera a sus militares.
Sin embargo, no fue un acto de desprendimiento o de recapacitación lo que hizo que las fuerzas turcas decidieran no seguir con su intervención militar, sino las millonarias sanciones que Estados Unidos amenazó con imponerles si no acataban su pedido de abandonar Siria y dejar de reprimir al pueblo kurdo.
Por ello, el presidente Donald Trump describió que fue un “gran éxito” la reunión entre su vicepresidente Mike Pence y el mandatario de Turquía Recep Tayyip Erdogan, en donde se llegó a un acuerdo de alto el fuego por cinco días para la retirada kurda del norte de Siria.
Asimismo, presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo Recep Tayyip Erdogan se juntaron el pasado martes para dialogar sobre el fracaso de las fuerzas kurdas en su afán de expansión para fundar un Estado entre la frontera sirio-turca.
En otro momento, el presidente sirio Bashar Al Asad manifestó que de haber alguna resistencia de las fuerzas turcas en la frontera, el Ejército de Siria no dudará en reprimirlos.